El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, prometió venganza por el asesinato del general iraní Qassem Soleimani, cometido hace dos años por Estados Unidos, a menos que el expresidente Donald Trump comparezca ante la justicia.
"Si Trump y Pompeo [exsecretario de Estado] no son juzgados en un tribunal justo por el acto criminal de asesinar al general Soleimani, los musulmanes tomaremos nuestra venganza de mártires", declaró Raisi este lunes durante una ceremonia de conmemoración con motivo del segundo aniversario de la muerte del comandante iraní Qasem Soleimani en la Gran Mezquita de Mussalah de Teherán.
Además, en una carta citada por medios locales, dirigida a la presidenta del Consejo de Seguridad de la ONU, Mona Juul, el embajador de Irán ante Naciones Unidas, Majid Takht Ravanchi, destacó las graves consecuencias que el asesinato del comandante revisten para la paz y la seguridad internacionales y pidió que se responsabilice a EE.UU. y a Israel, que en diciembre admitió haber estado involucrado en el ataque, por "la planificación, el apoyo y la ejecución de este acto terrorista".
Irán calificó el asesinato de Soleimani de terrorismo de Estado y prometió poner fin a la presencia militar de EE.UU. en la región como venganza final, al tiempo que instó a Irak a expulsar a las fuerzas estadounidenses.
Qassem Soleimani, entonces jefe de las Fuerzas Quds y responsable de las operaciones especiales en el extranjero, fue asesinado cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad en Irak, el 3 de enero de 2020 en un ataque estadounidense con misiles. Otros funcionarios, entre ellos el líder de las Fuerzas de Movilización Popular iraquíes, Abu Mahdi al-Muhandis, también murieron.
El Pentágono asumió la responsabilidad del asesinato e indicó que fue ordenado por el entonces presidente Donald Trump, que buscaba romper así la influencia de Teherán en la región. Soleimani había supervisado las intervenciones de Irán en las luchas de poder regionales, desde el Líbano e Irak hasta Siria y Yemen.
El asesinato causó un gran revuelo en Irak, donde el Parlamento nacional adoptó una resolución no vinculante exigiendo la retirada de las tropas extranjeras del país poco después del asesinato. Irán respondió con una andanada de misiles balísticos que alcanzaron dos bases ocupadas por EE.UU. en Irak. Aunque no se informó de la muerte de ningún soldado estadounidense en los ataques, se informó que más de un centenar sufrieron lesiones cerebrales traumáticas por estar demasiado cerca de las explosiones.
En los últimos días, Irán, Irak y otros países han sido escenario de actos de homenaje a Soleimani coincidiendo con el segundo aniversario de su asesinato.