En medio de las masivas protestas que se suceden por todo Kazajistán debido al aumento de los precios del gas licuado del petróleo, utilizado en la región como combustible para la mayoría de los autos, una muchedumbre se ha congregado este miércoles frente al edificio de la Administración de Almatý, la urbe más grande del país, donde parte de los manifestantes ha conseguido irrumpir en el interior del edificio gubernamental.
Quienes lograron asaltar el 'akimat', como se conoce la sede del Gobierno regional, van equipados con escudos, palos y granadas aturdidoras. En la zona se han registrado enfrentamientos con la Policía, que se retiró hacia la antigua residencia presidencial, situada a unos 50 metros de distancia, pues hasta 1997 Almatý fue la capital del país centroasiático.
En medio del asalto, en el edificio administrativo se registró un incendio, mientras una columna de humo se levanta sobre la antigua residencia presidencial en la que irrumpió parte de la turba. También se reporta un incendio en el edificio de la Fiscalía.
Se estima que en el asalto al 'akimat' de Almatý, a cuyo interior los manifestantes acceden tanto por las puertas como a través de ventanas rotas, participan alrededor de 3.000 personas. Las autoridades de la ciudad informan que lograron evacuar a tiempo a todos los empleados y que parte de los funcionarios trabajan a distancia.
Durante los choques con las fuerzas de orden, algunos asaltantes dieron una paliza a varios agentes y les robaron sus escudos y porras. Medios locales reportan decenas de heridos, mientras se oyen disparos cerca del edificio gubernamental, así como varios casos de 'cambio de bando' entre los agentes que decidieron apoyar a los manifestantes. Según testigos, los manifestantes habrían abierto fuego contra las fuerzas de seguridad.
Entretanto, en Almatý la conexión a internet por cable y las redes telefónicas han sido cortadas. Paralelamente, el operador Kazakhtelecom ha desconectado el acceso a internet en todo el país.
¿Qué encendió la mecha de las protestas?
Las protestas en Kazajistán se desataron justo después de la celebración del Año Nuevo, cuando el precio del litro de combustible pasó de 50-60 tenge (12-14 céntimos) a 120 tenge (28 céntimos). Según las autoridades, el aumento se produjo porque a partir del 1 de enero los precios de gas dejaron de estar regulados, para formarse libremente, en función de la oferta y la demanda.
Descontentos con la situación, los primeros en manifestarse fueron los residentes de la ciudad de Janaozen, que salieron a la calle el 2 de enero, repitiéndose después las protestas en la capital del país, Nursultán, y en más urbes y localidades, entre ellas Aktau, Almatý, Aktobé y Taldykorgan.
En un intento de impedir el caos, el Gobierno, que aseguró en un primer momento que el restablecimiento de los precios anteriores era imposible debido a las "leyes del mercado", anunció el martes una rebaja del litro de combustible hasta los 50 tenge en la región, donde estallaron las protestas, y también en Aktobé, si bien no logró frenar el descontento público.
¿Qué otras exigencias tienen los manifestantes?
Aunque el Gobierno kazajo ha dimitido este miércoles, las protestas no cesan y en tres regiones del país se ha decretado el estado de emergencia con toque de queda a partir de las 23:00, y prohibición de celebrar eventos de masas, hasta el 19 de enero. Los precios del gas licuado del petróleo pasarán a estar regulados por las autoridades durante los próximos 180 días, al tiempo que se impone una moratoria sobre el aumento de los precios de los servicios de utilidad pública por orden del presidente del país, Kasim-Yomart Tokáev.
Después de que las autoridades accedieran a sus reivindicaciones, los participantes de las protestas exigen ahora también que el expresidente Nursultán Nazarbáyev —que preside el Consejo de Seguridad Nacional y cuya influencia pone en duda si el actual mandatario es la figura más importante del país—, se aparte definitivamente del poder. Sin embargo, las autoridades no tienen con quién iniciar un potencial diálogo político, debido al carácter generalizado de este tipo de demandas y a falta de figuras dispuestas a representar a toda la nación.
Cabe señalar que el oeste de Kazajistán, donde estallaron las protestas, es una importante región petrolera que aporta la mayor parte de los ingresos al presupuesto nacional. Sin embargo, dado que la región no recibe todos los subsidios que necesita para su desarrollo, el drástico aumento de los precios del combustible resulta allí dos veces más oneroso para la población que en cualquier otra parte del mundo, denuncian los afectados.