Rusia, tras las negociaciones con la OTAN: "Frente a la política de disuasión, habrá una contradisuasión, pero no es nuestra elección"
El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexánder Grushkó, ha comentado este miércoles la reunión con la OTAN sobre las garantías de seguridad.
El vicecanciller, que era uno de los jefes de la delegación rusa junto con el viceministro de Defensa, Alexánder Fomín, destacó que Rusia y la OTAN no tienen "una agenda del día unificadora y positiva".
Al calificar la conversación con los representantes de la alianza, el alto funcionario resaltó que fue "bastante franca, directa, profunda, intensa, pero al mismo tiempo reveló muchas divergencias sobre cuestiones fundamentales". Agregó que uno de los principales problemas en ese sentido es "que la OTAN entiende el principio de indivisibilidad y seguridad de forma selectiva: a ojos de la OTAN sólo existe para los miembros de la alianza".
Si hay intimidación, habrá contraintimidación
En cuanto a la actuación reciente del bloque trasatlántico, Grushkó resaltó "el giro de la OTAN hacia los esquemas de seguridad de la Guerra Fría" y prioriza el objetivo de la disuasión de Rusia. Como tal, esa política generará una respuesta similar por parte de Moscú, advirtió el diplomático: "Si la OTAN pasa a la política de disuasión, por nuestra parte habrá una política de contradisuasión. Si hay intimidación, habrá contraintimidación. Si se trata de una búsqueda de vulnerabilidades en el sistema de defensa ruso, también habrá una búsqueda de vulnerabilidades en la OTAN".
"No es nuestra elección, pero no habrá otro camino si no logramos […] cambiar hoy el peligroso curso de acontecimientos", añadió el vicecanciller.
"De forma muy honesta, directa […], indicamos que un mayor deterioro de la situación llevaría a las consecuencias más imprevisibles y más nefastas para la seguridad europea. Rusia no está de acuerdo con este escenario y las medidas que proponemos hoy [...] permiten invertir fundamentalmente esta situación, volver a construir una seguridad europea basada en principios comunes en interés de todos, y esto mejorará no solo la seguridad militar de la Federación Rusa, [...] sino también la de los propios países de la OTAN", señaló Grushkó.
Al mismo tiempo, el diplomático señaló que Moscú se reserva todos los métodos para tratar las amenazas directas provenientes desde los países miembros de la OTAN. "Rusia ha indicado: tenemos un conjunto de medidas técnico-militares legítimas que aplicaremos si sentimos amenazas reales para la seguridad.[...] Si nuestro territorio se considera un objeto al que apuntar con armas de ataque, […] tomaremos todas las medidas necesarias para defendernos de las amenazas de medios militares, si no resultan ser políticos", dijo.
"Una nueva extensión conlleva riesgos"
Hablando de la política de puertas abiertas de la OTAN, que fue defendida durante las conversaciones por la otra parte, Grushkó indicó que no se trata de un principio eterno de la alianza. Según el diplomático, a finales de los 1980 e inicios de los 1990 varios líderes de los países miembros del bloque aseguraban a los dirigentes soviéticos que la OTAN no se expandiría al este de sus límites previos a la caída del muro de Berlín. Tampoco es un método racional de alcanzar la seguridad, sostuvo.
Trazando paralelos históricos, recordamos que en 1962 Cuba eligió su propio camino de seguridad. Fue una elección libre
"Trazando paralelos históricos, [...] recordamos que en 1962 Cuba eligió su propio camino de seguridad. Fue una elección libre", dijo Grushkó, refiriéndose a la Crisis del Caribe. "Pero la salida [de la crisis] no se basó en seguir unos principios, sino en un equilibrio muy racional de los intereses militares, que ayudó a alejar al mundo de una línea muy peligrosa", afirmó.
"Los intereses racionales en el fortalecimiento de la seguridad europea exigen que se entienda claramente que una nueva expansión de la alianza conlleva riesgos que superarían cualquier decisión de seguir extendiéndose", agregó.
Desescalada en Ucrania
La postura de Moscú acerca de la situación en Ucrania, que sí estaba entre los temas principales de la reunión, "es absolutamente comprensible: la desescalada es posible", señaló Grushkó. Precisó que, para alcanzar este objetivo, "en primer lugar, hay que obligar a las autoridades de Kiev a aplicar plena e incondicionalmente los acuerdos de Minsk, que forman parte del derecho internacional como resultado de la resolución 2052 del Consejo de Seguridad de la ONU".
Si se aplican los acuerdos de Minsk, no habrá ninguna amenaza para la seguridad y la integridad territorial de Ucrania
"Si se aplican los acuerdos de Minsk, no habrá ninguna amenaza para la seguridad y la integridad territorial de Ucrania. Para facilitar esa desescalada, [...] los países de la OTAN deberían cesar toda la ayuda militar a Ucrania, dejar de suministrarle armas, retirar a los inspectores, instructores, oficiales y soldados, tal y como estipulan las disposiciones pertinentes de los acuerdos de Minsk", indicó el diplomático.
Previamente, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, informó que durante las negociaciones el bloque rechazó las propuestas rusas sobre la no expansión y no militarización de sus miembros recientes", pero expresó "la necesidad de reanudar el diálogo" con Moscú.
"Más seguridad por menos recursos"
Sin embargo, Ucrania no es el único foco de tensión entre Rusia y la OTAN, advirtió Grushkó.
"Por supuesto, ya hemos llegado al límite, hace dos semanas nuestros aviones comerciales tuvieron que cambiar de ruta por órdenes desde tierra, porque había un peligro real de choque con los espías estadounidenses que vuelan cerca de nuestras costas", enfatizó el diplomático. Como posible forma de evitar una mayor escalada, citó el ejemplo de los años 1990, cuando, según él, "se realizaron esfuerzos titánicos para quebrar la espiral de Guerra Fría […] y pasar a otros modos de proporcionar seguridad basados en el control de armas".
"¿Qué es el control de armas? Es más seguridad por menos recursos. Cuando se liquidaron dos ejércitos gigantescos rivales en Europa […], cuando se destruyeron montones de armamentos, se pudo garantizar la posibilidad de usar esos recursos para un desarrollo pacífico", planteó Grushkó, afirmando que la OTAN, al contrario, trata de "obligarnos a abordar cuestiones que para nosotros, la Federación Rusa, pertenecen a un pasado que se quiere olvidar".
"Ante la humanidad, ante todos nosotros hay tareas completamente diferentes: el cambio climático, el cambio tecnológico, las consecuencias sociales de estos cambios […], la verdificación de la economía y mucho más", señaló.
Reunión "informal"
El diálogo de hoy duró cerca de cuatro horas y es el segundo de un plan tripartito de conversaciones acordado en diciembre por los presidentes de Rusia y EE.UU., Vladímir Putin y Joe Biden.
Sin embargo, horas antes de empezar la reunión, Grushkó la calificó como "informal" debido a la falta de representantes diplomáticos y estructuras en el Consejo Rusia-OTAN "como resultado de las acciones hostiles de la OTAN".
"Tres áreas clave" de Rusia
La postura de Moscú sobre los asuntos de seguridad fue presentada el pasado 17 de diciembre, cuando Moscú publicó dos propuestas de acuerdos que quiere alcanzar con EE.UU. y la OTAN. Sus puntos clave son las garantías mutuas de seguridad en Europa, así como la no expansión de la alianza hacia el este.
Este lunes, las reclamaciones rusas fueron resumidas por el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, tras negociaciones con una delegación estadounidense en Ginebra (Suiza).
"Explicamos por qué es un imperativo absoluto obtener garantías legales de la no expansión de la OTAN, por qué es imperativo que obtengamos garantías legales contra el despliegue cerca de las fronteras rusas de las fuerzas de ataque que podrían alcanzar objetivos en nuestro territorio, y por qué planteamos la cuestión de que la OTAN abandone en gran medida el desarrollo material de los territorios de los Estados que ingresaron en la OTAN después de 1997", indicó entonces el vicecanciller.
"Creemos que es absolutamente necesario lograr que Ucrania nunca se haga miembro de la OTAN", resaltó Riabkov y agregó que lo mismo se aplica a Georgia.
Por su parte, la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, que presidió la delegación estadounidense, señaló: "Somos firmes en rechazar las propuestas de seguridad que simplemente son algo inaceptable para Estados Unidos. No permitiremos que nadie termine la política de puertas abiertas de la OTAN". Sin embargo, confirmó que las dos partes han llegado a "una serie de ideas en las que nuestros dos países podrían tomar medidas recíprocas que serían de nuestro interés de seguridad y mejorarían la estabilidad estratégica".