Una invasión militar de Rusia en Ucrania sería un "gran error estratégico" y tendría graves consecuencias humanitarias, señalaron en un comunicado conjunto el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, tras la reunión que mantuvieron este martes en Kiev, la capital ucraniana.
En su encuentro, Johnson y Zelenski abordaron "la actividad hostil rusa en curso, incluida la concentración militar". En este sentido, el primer ministro británico destacó el compromiso del Reino Unido con "la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania".
"El Reino Unido está al lado de Ucrania frente a la actual agresión rusa, que amenaza la paz y la seguridad regionales y socava el orden mundial", señala el comunicado.
Asimismo, los mandatarios acordaron trabajar conjuntamente para "reforzar la seguridad y la capacidad de defensa de Ucrania". Johnson, por su parte, anunció una nueva financiación de 88 millones de libras esterlinas (118,5 millones de dólares) para "contribuir a los esfuerzos de aumentar la resistencia de Ucrania y reducir la dependencia de los suministros energéticos rusos".
"Lo mejor que podemos hacer es informar a los ciudadanos rusos de que los ucranianos lucharán hasta la última gota de sangre", indicó Johnson en la rueda de prensa conjunta tras la reunión, en referencia a una supuesta invasión rusa.
Sus declaraciones causaron una ola de críticas y de burlas entre periodistas y personalidades. En particular, el director de Roscosmos, Dmitri Rogozin, señaló: "Johnson promete guerra a los rusos hasta el último ucraniano. Hasta el último británico no lo promete".
Por su parte, el periodista Alexánder Kots escribió en su cuenta de Twitter que el primer ministro británico "le contó a los ucranianos cómo van a morir".
Crisis política en el Reino Unido
El encuentro se celebró en medio de la crisis política que sacude en el Reino Unido y que estalló después de que se filtrara un correo electrónico en el que el secretario principal del primer ministro, Martin Reynolds, invitaba a personal del Gobierno a una fiesta en pleno confinamiento.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha pedido a Johnson que dimita, mientras nueve de cada 10 británicos considera que el primer ministro debería renunciar a su cargo.
Johnson ha admitido que asistió a una fiesta en la residencia ministerial en mayo de 2020, en un momento en que se habían prohibido las reuniones con más de una persona para evitar la transmisión del coronavirus, y ofreció disculpas durante una reunión del Parlamento.
Este lunes, Johnson volvió a pedir disculpas a los británicos e hizo un llamamiento a concentrar todos los esfuerzos en hacer frente a Rusia, después de que un diputado le espetara que su negativa a dimitir está arruinando la reputación del país en el mundo. "La reputación de nuestro país en el mundo se basa [...] en que somos capaces de unir a los aliados para oponernos a Vladímir Putin. Esto es en lo que se centra el mundo ahora mismo y en lo que me centro yo ahora mismo", aseveró.
Las afirmaciones sobre una posible invasión rusa a Ucrania se intensificaron en Occidente, luego de que varios medios empezaran a publicar en noviembre supuestos planes de Moscú para llevar a cabo este operativo.
Rusia ha tachado repetidamente de falsas e infundadas esas acusaciones. A este respecto, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, declaró que con ellas se busca retratar a Moscú como una parte que amenaza la resolución del conflicto en la región ucraniana de Donbass, y alertó que podrían servir de "camuflaje" para potenciales planes agresivos de Kiev dirigidos a solventar la situación por la fuerza.