EE.UU. tiene su propia relación con China, afirmó este viernes en rueda de prensa la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, al ser preguntada por la opinión del presidente de EE.UU., Joe Biden, sobre el fortalecimiento de los lazos entre Moscú y Pekín.
"El presidente lo ve [... en términos de] nuestra propia relación con China", respondió Psaki, y agregó que "un conflicto desestabilizador en Europa afectará a los intereses de China en todo el mundo", cosa que el país oriental conoce y "debe saberlo".
La vocera reiteró que EE.UU. tiene con China relaciones en las que ambas naciones "participan directamente a un nivel muy alto", pero alegó que de momento Washington se centra en "seguir uniéndose con los aliados y socios para responder de forma decisiva si Rusia posteriormente invade Ucrania".
Asimismo, señaló Psaki que EE.UU. tiene control solo sobre sus "propias relaciones" y la proyección de sus "propios valores", en "la búsqueda de formas de trabajar con los países", incluso cuando tienen posturas contrarias.
Sus comentarios se produjeron al poco de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, se reunieran este viernes en Pekín y emitieran una declaración conjunta en la que afianzaron la cooperación en materia económica, comercial, energética, financiera, humanitaria, científica y técnica. Entre otras cosas, también condenaron la expansión de la OTAN y pidieron a esa alianza militar respetar "la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países".
- Las afirmaciones sobre una posible invasión rusa de Ucrania se han intensificado en Occidente, luego de que a partir de noviembre diversos medios publicaran supuestos planes de tal operativo.
- Rusia, por su parte, ha tachado repetidamente de falsas e infundadas esas acusaciones. Al respecto, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, declaró que tales señalamientos buscan retratar a Moscú como una parte que amenaza la resolución del conflicto en la región ucraniana de Donbass, y alertó que tales acciones podrían ser un "camuflaje" para potenciales planes agresivos de Kiev, dirigidos a solventar la situación por la fuerza.