"El reverso del uso recreativo de la cocaína": juzgan en Países Bajos a 11 personas por el caso de la cámara de tortura en un contenedor marítimo
Este lunes tuvo lugar en un tribunal de Ámsterdam una audiencia sobre el caso de los contenedores marítimos que iban a ser usados por criminales como celdas y cámara de tortura, localizados por la Policía a mediados de 2020 en la localidad neerlandesa de Wouwse Plantage, cerca de la frontera con Bélgica.
La Fiscalía exigió penas de hasta 12 años de prisión para los 11 implicados por su supuesta participación en una organización criminal asociada al tráfico de drogas, armas de fuego y blanqueo de grandes sumas de dinero. Se les acusa además de secuestrar, extorsionar y maltratar gravemente —e incluso asesinar— a sus rivales, informó el Ministerio Público de Países Bajos.
Se sospecha que esas acciones giraban en torno a conflictos entre bandas del hampa involucradas en el negocio de la cocaína. En este contexto, los delincuentes construyeron un "centro de detención" en seis contenedores marítimos ubicado en un almacén que servía como prisión para sus víctimas. Un séptimo contenedor, que fue denominado por los criminales como la "sala de tratamiento", estaba insonorizado y dotado con una silla dental con correas y bolsas con herramientas como cortasetos, escalpelos y alicates.
Los sospechosos han guardado silencio en la corte desde su arresto en 2020 y han negado los cargos. Uno de ellos argumentó que los contenedores se estaban adecuando con el propósito de cultivar cannabis. No obstante, la Fiscalía basa sus acusaciones en millones de mensajes secretos encriptados, obtenidos y descifrados, tras el rastreo en la red telefónica EncroChat, que fue usada por los criminales para la venta de armas y drogas, y a través de los cuales se logró su arresto.
Las autoridades han pedido 12 años de cárcel para uno de los presuntos cabecillas de la organización, conocido en el mundo del hampa como 'Piet Costa', y quien ya enfrenta una sentencia de casi 18 años por tráfico de estupefacientes. Según pudo concluir el Ministerio Público, Costa ordenó construir el complejo de celdas para cobrar venganza después de que le robaran una gran cantidad de dinero. El tribunal fallará en este caso el próximo 11 de mayo.
El fiscal Koos Plooij asegura que toda la violencia que rodea el caso da testimonio de los "efectos repulsivos" e "inevitables" del tráfico de drogas. "Lo que estamos presenciando aquí es el reverso del uso recreativo de la cocaína en los Países Bajos y los países vecinos", subrayó.
"La cuestión es cuántas personas están dispuestas a admitir que existe realmente una conexión entre su consumo de cocaína —ya sea para salir de fiesta, lidiar con el estrés laboral o suprimir problemas psicológicos— y el bajo mundo, encantado de satisfacer la demanda, pero según sus propias reglas: corrompiendo, socavando, endureciendo, sin escatimar nada ni a nadie", aseveró Plooij.