Un grupo de geofísicos e hidrobiólogos rusos realizará a fines de febrero una expedición a las profundidades del lago Cheko, en la remota reserva natural de Tungusski en la región siberiana de Krasnoyarsk, lugar que se cree que fue el epicentro del fenómeno de Tunguska.
El equipo de cuatro científicos recibió la autorización para bucear por debajo de los 30 metros, en la que será la primera investigación en el espejo de agua a tal profundidad. Asimismo, según comentó a Siberian Times Yevguenia Karnoújova, inspectora principal de la reserva de Tungusski, la expedición iniciará un ciclo de investigación a largo plazo.
Los expertos tienen como objetivo estudiar qué tan gruesos son los sedimentos del fondo del lago y tomar muestras primarias para analizarlas y enviarlas a los geólogos. "No estamos hablando de la búsqueda de ningún cuerpo celeste en esta etapa", aclaró Karnoujova.
El lago Cheko tiene 54 metros de profundidad y algunos científicos estiman que es el cráter de impacto del objeto ígneo que voló miles de kilómetros sobre Siberia antes de explotar en las proximidades del río Podkámennaya Tunguska en 1908.
Extraño fenómeno
El origen de esta rareza todavía es una cuestión discutida por la comunidad científica. Las hipótesis principales sugieren que se trató de la caída de un meteorito o la explosión de otro objeto espacial en la atmósfera terrestre.
La explosión del denominado 'bólido de Tungunska', oída a más de mil kilómetros de distancia, tuvo una potencia equivalente al estallido de una bomba termonuclear y arrasó más de 2.000 kilómetros cuadrados de bosque.
En los días siguientes se avistaron una serie de extraños fenómenos sobre el cielo de Europa, como nubes plateadas y brillantes, vistosas puestas de sol y un inusual brillo en la noche.