La ciudad neerlandesa de Róterdam, que alberga el mayor puerto de Europa, podría tener enormes pérdidas económicas por las consecuencias de la operación especial militar rusa en Ucrania y de las sanciones impuestas contra Moscú, reporta Bloomberg.
Según los analistas, la actividad portuaria y la agricultura son los sectores de Países Bajos más vulnerables a la crisis actual.
Sandra Phlippen, economista jefe de ABN Amro, destacó que el negocio portuario es un pilar económico especialmente sensible del país. "El puerto de Róterdam podría verse muy afectado, ya que realiza muchas reexportaciones", explicó.
Un total de 62 millones de toneladas de carga manipulada en este puerto —el 15 % del total— están vinculadas a Rusia, detalló el diario. Así, las sanciones impuestas contra el país euroasiático podrían llevar a pérdidas económicas en el comercio de productos y mercancías por valor de unos 30.000 millones de euros (33.000 millones de dólares), aseveró Allard Castelein, director general del puerto de Róterdam, quien agregó que "si se produce una crisis energética aguda, el puerto se verá afectado".
El sector de la agricultura enfrenta problemas similares, subrayaron los expertos de Rabobank y ABN Amro. Ester Barendregt, economista jefe de Rabobank, aseveró que "productos como las flores, las verduras o las frutas son golpeados a través de dos canales: son importantes productos de exportación a Rusia y son intensivos en energía".
- El pasado jueves, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció "una operación militar especial para defender Donbass" con el objetivo de "proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años".
- El Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que las Fuerzas Armadas rusas apuntan a la infraestructura militar ucraniana y no atacan ni a las tropas rendidas ni a la población civil.
- Desde entonces, múltiples Estados, entre ellos miembros de la UE, EE.UU., Reino Unido y Canadá, anunciaron nuevas sanciones contra las grandes instituciones financieras y empresas y contra las élites políticas y financieras de Rusia, así como medidas personales contra el presidente del país y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, entre otros altos cargos.