Día clave en Argentina: la Cámara de Diputados debate el acuerdo por la millonaria deuda con el FMI entre recelos del oficialismo y el apoyo opositor

Organizaciones sociales marcharán al Congreso para protestar contra el organismo.

La Cámara de Diputados de Argentina debatirá este jueves en una sesión especial el acuerdo que alcanzó el Gobierno del presidente Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar la deuda por 44.000 millones de dólares que el organismo le prestó al país durante la gestión del expresidente Mauricio Macri.

El oficialismo espera la jornada en un clima de optimismo a pesar de que habrá protestas contra el FMI en las puertas del Congreso, ya que la mayoría del principal bloque opositor, Juntos por el Cambio, avaló el acuerdo después de que se aceptaran las modificaciones que propuso desde que el proyecto ingresó a la Cámara de Diputados la semana pasada.

La paradoja es que el proyecto será rechazado por diputados que forman parte de la alianza gobernante Frente de Todos, en especial el bloque que responde a Máximo Kirchner, quien rechazó los términos de la renegociación cuando fue anunciada por el presidente.

Sin embargo, gracias al respaldo de gran parte de la oposición, el Gobierno confía en que conseguirá el aval de por lo menos 200 de los 257 diputados que integran este órgano, lo que le otorgaría al proyecto un sólido respaldo político que difícilmente podría ser derrumbado cuando se envíe al Senado.

La oposición logró que en el proyecto se eliminara toda mención al plan económico del Gobierno y que también se sacaron las críticas hacia el endeudamiento contraído por Macri.

"Haber alcanzado un consenso bastante amplio en el Congreso para que hoy se pueda tratar, y esperemos se pueda aprobar, el acuerdo alcanzado por el Gobierno con el FMI nos parece auspicioso y habla de la necesidad de que determinadas políticas de estado se debatan en el Parlamento", afirmó este jueves la portavoz Gabriela Cerruti.

El acuerdo debe culminar su tratamiento parlamentario antes del 22 de marzo, puesto que ese día Argentina le debe cubrir al FMI vencimientos por 2.800 millones de dólares. De lo contrario, entraría en cesación de pagos.

La oposición logró que en el proyecto se eliminara toda mención al plan económico del Gobierno, ya que el ministro de Economía, Martín Guzmán, había incluido anexos en este sentido. También se sacaron las críticas hacia el endeudamiento contraído por Macri.

Al ceder en esas modificaciones, el Gobierno consiguió asegurar el apoyo mayoritario a un breve dictamen que cuenta solo con tres artículos.

"Apruébanse, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 75 inciso 7 de la Constitución Nacional y en los términos del artículo 2 de la Ley 27.612, las operaciones de crédito público contenidas en el 'Programa de Facilidades Extendidas' a celebrarse entre el Poder Ejecutivo Nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la cancelación de los vencimientos del 'Acuerdo Stand By' oportunamente celebrado en 2018 y el fortalecimiento de las reservas internacionales", señala el párrafo principal.

Herencia

El 8 de mayo de 2018 Macri reveló que solicitaría un préstamo al FMI, lo que desató una crisis política, ya que una de sus principales promesas de campaña y durante sus primeros dos años de Gobierno era que no promovería el regreso de un organismo que no tenía injerencia en el país desde 2005, gracias a que el fallecido presidente Néstor Kirchner canceló la deuda en un solo pago.

Según Macri, el préstamo del Fondo era el único camino posible para salir del estancamiento y evitar una gran crisis económica. Incluso promovió la idea de que era un FMI "bueno", diferente al que había colaborado en el colapso argentino de 2001. También invitó a que los argentinos se "enamoraran" de la entonces titular del organismo, Christine Lagarde.

Un mes más tarde, el FMI aprobó un préstamo de 50.000 millones de dólares, de los que se desembolsaron 44.000 millones de dólares que hoy está refinanciando Fernández. El monto fue histórico, ya que jamás se había otorgado un crédito de tal magnitud, en condiciones que violentaron normas de la propia institución y en tiempo récord.

En Argentina, en tanto, el pacto con el FMI avanzó sin que Macri lo sometiera a debate en el Congreso. Por eso, parte de las críticas del macrismo son contradictorias, ya que cuestionan la negociación que alcanzó Alberto Fernández, aunque, a diferencia de su antecesor, sí está sometiendo el acuerdo a discusión en el Poder Legislativo.

El monto multimillonario que recibió Macri no se tradujo en beneficios para la población, ni contuvo la inflación, ni la devaluación ni la crisis. El fracaso de su política económica fue uno de los principales motivos por los que perdió la reelección en 2019.

En diciembre, el FMI admitió que el préstamo concedido a Macri no alcanzó sus principales objetivos: recuperar la confianza del mercado, disminuir los desequilibrios fiscales, reducir la inflación y proteger a los vulnerables.

Ya fuera del poder, el propio expresidente reconoció que el préstamo del Fondo había servido principalmente para "pagarles a los bancos comerciales que se querían ir del país" ante el supuesto temor que el kirchnerismo volviera a gobernar. Fue el reconocimiento tácito de que los recursos no se usaron en programas sociales ni en infraesructura, sino para la fuga de capitales.

Hasta entonces, la versión de Macri era que el dinero había servido para pagar las deudas dejadas por su antecesora, la expresidenta y hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. De hecho, esa es una discusión vigente, ya que mientras el Gobierno peronista insiste en aclarar que con Macri regresó el Fondo y una deuda multimillonaria e impagable, el macrismo responde que ya había créditos anteriores y no se hace cargo de su responsabilidad en el endeudamiento.

Autocrítica

En diciembre de 2021, el FMI publicó un informe en el que admitió que el préstamo concedido a Macri no alcanzó sus principales objetivos, que eran recuperar la confianza del mercado, disminuir los desequilibrios fiscales, reducir la inflación y proteger a los segmentos más vulnerables de la población.

Con el calendario de vencimientos avanzando, y sin que Argentina estuviera en condiciones de pagar, el Gobierno siguió negociando con el organismo y finalmente el pasado 28 de enero el presidente anunció que habían alcanzado un nuevo acuerdo para refinanciar la deuda.

"Teníamos una soga al cuello, una espada de Damocles, y ahora tenemos un camino que podemos recorrer. En comparación con acuerdos anteriores que Argentina firmó, este no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, no limita, no condiciona derechos de nuestros jubilados que recuperamos en 2020, no nos obliga a una reforma laboral, promueve nuestra inversión en obra pública, no nos impone llegar a un déficit cero, no impacta en los servicios públicos, no relega nuestro gasto social y respeta nuestros planes de inversión en ciencia y tecnología", aseguró.

Las especulaciones y la tensión económica y política no cesaron, ya que ahora faltaba la aprobación en el Congreso. Además, el acuerdo profundizó la ruptura de la alianza gobernante, ya que al día siguiente del anuncio Máximo Kirchner dejó su cargo como presidente de la bancada oficialista del Frente de Todos en la Cámara de Diputados y declaró públicamente su inconformidad con la renegociación.

Desde entonces, el alejamiento del kirchnerismo, que encabeza la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, es más notorio y genera suspicacias sobre la manera en la que influirá cuando la iniciativa pase al Senado que ella preside debido a que actualmente es la vicepresidenta.  

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