Las empresas japonesas Mitsui y Mitsubishi descartan poner fin al proyecto de petróleo y gas Sajalín-2 con Rusia

Por su parte, desde Tokio señalaron que la retirada de las compañías del proyecto en el Lejano Oriente beneficiaría a Moscú y Pekín, informa Nikkei.

Las empresas japonesas Mitsui & Co. y Mitsubishi Corp. seguirán participando en el proyecto Sajalín-2, fuente de casi el 10% de las importaciones de gas natural licuado del país asiático, informa el periódico Nikkei.

Según declaró en un documento un directivo de una de las compañías comerciales a altos funcionarios del Ministerio de Economía, Comercio e Industria nipón, "la posición de Japón sobre sus intereses en Sajalín es muy diferente a la de Europa y Estados Unidos".

Por su parte, desde el Ministerio subrayaron, al analizar los riesgos que suponía salir del proyecto, que sus "intereses son muy importantes". Asimismo, explicaron que el mercado al contado tendría que llenar el vacío, lo que supondría un coste adicional de casi 20.000 millones de dólares para los ciudadanos. La presión al alza sobre los precios de la electricidad y el gas –que ya tienen una tendencia a subir– se intensificaría aún más, añadieron. 

Además, un funcionario nipón, cuyo nombre no fue revelado, señaló que existe la preocupación de que, si Japón se retira, "China se haga cargo de los intereses". Dado que las operaciones de Sajalín-2 continuarán, incluso si Tokio lo abandona, el Gobierno y las empresas comerciales creen que estarían dejando de lado sus propios intereses "sin efecto de sanciones para Rusia". Si los actores japoneses se retiran y Pekín y Moscú monopolizan los intereses de los recursos en el Lejano Oriente, ganarían una gran influencia en la diplomacia y la seguridad energética, detallaron.

Sin embargo, afirmaron que, aunque a corto plazo, el país tiene que buscar "un suministro estable", a largo plazo hay que adoptar una estrategia de desrusificación".

En opinión del analista internacional Pablo Jofré Leal, la decisión de Mitsui y Mitsubishi muestra que "las empresas comerciales, financieras, energéticas suelen no tener patria".