En medio de la carrera para reducir la dependencia de los suministros de la energía rusa, el vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, se reunió este domingo con el emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad al Thani, a fin de fomentar la cooperación bilateral en el sector energético, informan medios locales.
Durante la visita de Habeck, acompañado por los representantes de las empresas energéticas alemanas RWE, E.ON y Uniper, a Doha, las partes pactaron una "asociación energética a largo plazo" que prevé también suministros de gas natural licuado de Catar al país europeo.
Según detalló el ministro alemán, la asociación prevé también la eventual expansión de la infraestructura europea y, sobre todo, alemana, incluida la construcción de las terminales de gas natural licuado. "Estamos trabajando bajo una gran presión a fin de utilizar todas las opciones legales para acelerar esto", declaró el alto funcionario al detallar que las entregas podrían realizarse en cuanto se complete la construcción de las terminales.
Al mismo tiempo, el ministro destacó que el país europeo tomará todas las medidas necesarias para asegurarse de que la dependencia del gas ruso no se convierta en la dependencia del gas catarí. "Necesitamos diversificación y esto significa: un país o una región no reemplaza a otro", afirmó. Con este fin, antes de su visita a Doha, Habeck visitó también Noruega para debatir posibles suministros de gas. Asimismo, considera que el país podría aprovechar también los suministros del gas natural licuado de Canadá y EE.UU.
"No existe un país que pueda reemplazar a Rusia"
Pese al optimismo de Habeck, el propio ministro de Energía catarí, Saad Sherida al Kaabi, afirmó a finales de febrero que su país no podrá reemplazar el gas suministrado a Europa por Rusia. "Rusia proporciona entre el 30 y el 40 % de las reservas en Europa. No existe un país que pueda reemplazar este volumen, no hay capacidades para hacerlo con el gas natural licuado", afirmó Al Kaabi, citado por medios locales.
El ministro del país árabe explicó que una gran parte del gas natural licuado de Catar ya está ligada a contratos a largo plazo con "destinos muy claros", por lo que no puede suministrarse a Europa.
Según detalló Laury Haytayan del Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales, comparados con las importaciones de gas a través de las tuberías, los suministros del gas natural licuado de Catar supondrían también precios significativamente más altos, lo que afectará a los consumidores.
Según expertos, otros países tampoco parecen ser capaces de satisfacer las necesidades energéticas de Alemania en un futuro próximo. Ante la falta de las terminales masivas del gas natural licuado, Canadá, que dispone de reservas grandes del gas natural, no podría realizar suministros significativos a Europa. "Canadá no puede ayudar a la coalición global", expresó a medios locales Dan Tsubouchi, estratega jefe de mercado de la empresa de gestión de inversiones, SAF Group. "No hay nada que Canadá puede hacer para ayudarles en 2022, 2023 o 2024", agregó.
Noruega tampoco podría reemplazar los suministros de la energía rusa, advierten los expertos. "La capacidad interna del país escandinavo ni siquiera es suficiente para un aumento insignificante de la oferta mundial", explicó Alexánder Frolov, subdirector general del Instituto Nacional de Energía ruso.
Nicholas Kumleben, analista jefe de la consultora GreenMantle, destaca que el mercado global no pueda aumentar significativamente la producción del GNL. "El mayor productor, EE.UU., está produciendo a plena capacidad. También lo hacen Catar y Australia, número dos y número tres, respectivamente", señaló el experto.
Por otra parte, subraya que el problema principal radica en el hecho de que el gas natural licuado —sea estadounidense o canadiense— no podría llegar a Alemania al no disponer de las terminales de importación necesarias.