El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, aseguró en una conferencia de prensa este lunes que Washington está preparado para tomar "decisiones difíciles" con el objetivo de salvar el acuerdo nuclear con Irán.
Al ser preguntado sobre una eventual retirada de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de la lista de organizaciones terroristas extranjeras elaborada por EE.UU., el funcionario rechazó detallar qué sanciones están dispuestos o no a levantar pero aseveró que están "listos para tomar decisiones difíciles para devolver el programa nuclear iraní a los límites" establecidos en el acuerdo del 2015, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés).
De todas formas, Price se mostró cauto ante el futuro de las negociaciones. "Hubo progresos significativos estas últimas semanas, pero quiero aclarar que un acuerdo no es ni inminente ni seguro. Y de hecho, nos estamos preparando igualmente para escenarios con y sin un retorno mutuo a la implementación total [del acuerdo]", declaró.
"El presidente Biden se comprometió a que Irán, mientras esté en el poder, no sea autorizado a tener un arma nuclear, y este compromiso es tan real y sólido tanto en un mundo en el que tenemos el JCPOA como en uno en el que no", concluyó.
La semana anterior, el portavoz anunció que EE.UU. e Irán se encontraban cerca de lograr la reactivación del acuerdo nuclear firmado en 2015. En aquel momento, el alto funcionario señaló que "a corto plazo" debería producirse una nueva puesta en marcha del compromiso. "Queda poco tiempo, dados los avances nucleares que ha hecho Teherán, que con el tiempo obviarían los beneficios de la no proliferación que el JCPOA transmitía", precisó.
Por su parte, Irán expresó que si EE.UU. resolvía las dos líneas rojas que quedan, en relación a las negociaciones, incluidas las garantías económicas, estaría en condiciones para convocar una reunión ministerial en Viena "lo antes posible".
En 2015, Irán, EE.UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania firmaron el JCPOA que fijó limitaciones al programa nuclear de la nación persa a cambio del levantamiento de las medidas de castigo. Tres años después, el entonces presidente estadounidense Donald Trump abandonó el tratado e impuso de nuevo sanciones económicas contra Teherán.