"Sin avances" desde el asesinato de George Floyd: las muertes a manos de la Policía de EE.UU. siguen "prácticamente al mismo ritmo"
Desde el asesinato del afroamericano George Floyd, en mayo de 2020, Estados Unidos no ha avanzado en la prevención de las muertes entre la población a manos de la Policía, según evidencian los datos recopilados por el grupo de investigación Mapping Police Violence, que monitorea todos los casos de decesos registrados por las fuerzas de orden.
Entre 2013 y 2021, los agentes mataban cada año a 1.100 personas de promedio. En ese sentido, el año pasado se convirtió en el más letal del período analizado, con 1.136 personas fallecidas en el marco de actuaciones policiales. En todo el año solo hubo 15 días en los que los agentes no mataron a nadie.
En lo que llevamos de 2022, han muerto 249 personas a manos de la Policía. En otras palabras, cada día tres personas perdieron la vida de promedio por culpa de los agentes.
"Los asesinatos por parte de la Policía continúan prácticamente al mismo ritmo que los años anteriores. No ha habido avances en la reducción de la violencia policial mortal en todo el país", sostiene el analista de datos Samuel Sinyangwe, fundador de Mapping Police Violence y Police Scorecard, un proyecto parecido que analiza los datos a nivel de los departamentos policiales.
Según estimaciones de Sinyangwe, para finales de este año otras 870 personas, aproximadamente, morirán a manos de la Policía estadounidense, "a no ser que se produzcan cambios sistémicos masivos".
El análisis de los asesinatos entre 2013 y 2021 mostró que en 47 de las 50 ciudades más grandes de EE.UU. la Policía mataba con mayor frecuencia a afroamericanos que a blancos. Los investigadores indican que no pudieron calcular las disparidades para Miami en ese periodo, ya que cada persona muerta allí en relación a actuaciones policiales fue negra o de piel morena.
Uno de cada tres asesinatos se produjo cuando los agentes respondían a avisos sobre supuestos delitos violentos. En la mayoría de los casos, las muertes a manos de la Policía se derivaban de la detención de vehículos en la carretera, de chequeos relacionados con la salud mental y de la investigación de las perturbaciones y delitos no violentos.
El 98,3 % de las muertes vinculadas al comportamiento de agentes en EE.UU. entre 2013 y 2020 quedaron impunes, sin que los responsables fueran acusados de ningún crimen.