Enjambres de langostas del desierto invaden Etiopía y amenazan con agravar aun más la crisis alimentaria
Un enjambre de langostas del desierto ha invadido más de cuatro kilómetros cuadrados de tierra en la zona de Borena, amenazando con destruir la vegetación e impedir la cosecha prevista, comunicó hoy la oficina de Comunicación del Estado Regional de Oromia.
A fin de reducir los daños, la oficina de Protección Agrícola y Medioambiental de la zona ha fumigado con insecticida 0.3 kilómetros cuadrados de los afectados. El director de la oficina, Birhane Amare, declaró que la poca cobertura de la labor se debe a la falta de aviones de fumigación, que ha obligado a realizar la tarea mediante automóviles, informó una fuente local.
El presidente explicó que las acciones implementadas no bastarán para mitigar el problema e instó a implementar nuevas soluciones antes de la cosecha prevista. La langosta del desierto no solo come toda la vegetación que encuentra sino que, mientras dura su presencia, se hace imposible la cosecha sobre esas tierras.
Considerada como la plaga migratoria más destructiva del mundo, la langosta del desierto es un problema recurrente en el Cuerno de África. Sus enjambres pueden cubrir decenas de kilómetros cuadrados y destruyen a su paso la agricultura y la ganadería. Un informe publicado por la ONU en 2020 señaló que "un pequeño enjambre de un kilómetro cuadrado de extensión puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que 35.000 personas".
Esta situación viene a agravar la situación alimentaria de Etiopía, donde las sequías y los conflictos bélicos han hecho que millones de personas necesitan asistencia humanitaria.