Un agresor sexual que perpetró sus crímenes hace más de tres décadas fue condenado a 650 años de prisión gracias a los rastros en su factura de la luz
Un estadounidense que hace más de 35 años cometió una serie de crímenes, entre ellos asaltos sexuales, lesiones graves y robos, fue condenado a 650 años de prisión gracias a una prueba de ADN realizada en los rastros de saliva que el delincuente dejó en un sobre para pagar una factura de servicios públicos, informan medios estadounidenses.
Steven Ray Hessler, de 59 años, fue declarado culpable el 3 de marzo de 19 delitos, incluyendo dos violaciones,cometidos entre 1982 y 1985 contra un total de 10 personas, señaló el fiscal del condado de Shelby (estado de Indiana, EE.UU.), Brad Landwerlen.
Anteriormente había sido detenido por esa causa otro hombre, quien fue acusado de los primeros casos de 1983 y, sorprendentemente, resultó ser primo del verdadero agresor.
Según los informes policiales, Hessler, enmascarado y armado, irrumpía en los hogares de sus víctimas en mitad de la noche, las violaba, ataba y torturaba sexualmente. Luego limpiaba meticulosamente las escenas del crimen y se llevaba los objetos que había tocado, para eludir a la Policía.
A pesar de su gran esfuerzo por eliminar cualquier huella, el depredador dejó una muestra de ADN en el sobre de una factura de la luz, que mucho después vino a ser la mayor evidencia en su contra. En 2020, el ADN se sometió a las mismas pruebas que se utilizaron para identificar al famoso asesino en serie 'Golden State Killer' (Asesino del Estado Dorado, en español) y eso marcó un hito determinante en la investigación, ya que vinculó todos los casos aún irresueltos a un solo hombre, Hessler.
Los resultados del registro de la casa del entonces sospechoso confirmaron que era el autor de los crímenes.
"Steven Ray Hessler es uno de los depredadores más perversos, peligrosos y sádicos que he tenido el gusto de enjuiciar en mis más de 30 años de carrera profesional", dijo Landwerlen. "Obtenía un gran placer de sus métodos innecesariamente brutales para aterrorizar y torturar sexualmente a sus víctimas. Prometí a las víctimas desde el principio que mi objetivo sería que fuera a la cárcel para el resto de su vida", concluyó el fiscal.