Las fuerzas rusas han tomado el control total de la planta metalúrgica de la ciudad de Mariúpol (República Popular de Donetsk), una de las más grandes de Europa. En tanto, los residentes locales que no lograron salir de la urbe relatan que no pudieron huir debido a que el Ejército de Ucrania y sus batallones neonazis se lo impedían.
Un equipo de RT recorrió las calles de Mariúpol, que quedó reducida a escombros tras semanas de feroces combates. Entre el 60 % y el 70 % de los edificios quedaron destruidos, arrasaron su infraestructura básica y, de momento, hay desabastecimiento de alimentos y agua, por lo que los civiles que aún permanecen allí tienen que recurrir a la ayuda humanitaria que brindan distintos servicios de emergencia.
"Estuvimos en un sótano, apenas aguantamos. Mi casa está destruida totalmente. Seguimos en el sótano porque no tenemos a dónde ir. No hay nada que comer, ni nada que beber", relata una mujer entre lágrimas.
"Se escondieron en nuestras casas"
"Las Fuerzas Armadas de Ucrania y todos estos batallones se escondieron en nuestras casas. Pero solo una cosa nos alienta, porque el corazón ruso late y veo una bandera rusa por la ventana. Eso es lo único que me alienta", afirma otra residente de Mariúpol.
El teatro de la ciudad también contaba con un sótano, donde varios civiles se refugiaban, pero desgraciadamente fue escenario de una voraz tragedia. "Durante la retirada, las Fuerzas Armadas de Ucrania y las bandas armadas del Ejército ucraniano destruyeron todas las infraestructuras, detonaron edificios. No se conservó la mayoría de las edificaciones arquitectónicas", asevera un oficial de la República Popular de Donetsk mostrando las ruinas del teatro dejado por los batallones neonazis ucranianos Aidar y Azov.
Las fuerzas ucranianas se instalan en las plantas superiores de los edificios, ocupando "posiciones ventajosas para ellos", continua el oficial. Allí "ponen a francotiradores a trabajar en parejas, colocan ametralladoras, maquinaria pesada, lanzallamas, morteros. O sea, ocupan posiciones ventajosas y a la infantería nos cuesta acercarnos a ellas, porque no dejan que nos acerquemos", concluyó.