El representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, aseguró que miembros de la Misión Especial de Monitoreo (SMM, por sus siglas en inglés) en Ucrania de la Secretaría de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han estado llevado a cabo labores de espionaje en favor de Kiev.
"Encontramos pruebas de que la Misión Especial de Monitoreo de la OSCE en Ucrania, en lugar de observar y registrar las violaciones del alto el fuego, se limitaba a espiar para Kiev", afirmó Polianski este martes en una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dedicada a la crisis en Ucrania.
Según el alto diplomático, en medio de dicha labor, los oficiales de la SMM han estado "pasando datos" obtenidos de cámaras de vigilancia a militares ucranianos para que corrijan la dirección de sus ataques y sean más precisos. "La recopilación de pruebas sobre este hecho tan poco alentador sigue en marcha", añadió.
La misión de la OSCE en Ucrania estaría, además, transmitiendo armas al Ejército Ucraniano, el cual, a su vez, habría hecho uso de vehículos blindados de ese organismo, reveló Polianski. "La OSCE hasta la fecha no ha dicho nada. Obviamente esto afecta a la confianza en cualquier organización internacional cuando vemos que su administración está dominada por países occidentales. Los llamamientos a la paz o a el alto el fuego resultan ser una hipocresía", resaltó.
Ucranianos como "carne de cañón"
Polianski afirmó que Moscú tiene pruebas de que militares ucranianos han estado usando civiles como "escudos humanos" mientras intentan salvarse ellos mismos a toda costa, y han llevado a cabo "bombardeos indiscriminados en sus propias ciudades" para poder culpar a las tropas rusas.
En este sentido, el representante se refirió a la situación en la planta siderúrgica Azovstal, el último punto de resistencia ucraniana en la ciudad de Mariúpol, donde los civiles refugiados en la zona podrían haber estado en la instalación solo en calidad de rehenes de los nacionalistas.
En su opinión, Occidente utiliza a los ucranianos solo como "carne de cañón en la guerra indirecta con Rusia". "La preocupación de los colegas occidentales por Ucrania y los ucranianos es circunstancial y egoísta", recalcó.