China y las Islas Salomón, pequeña nación del Pacífico, firmaron este martes un acuerdo de seguridad.
Aunque apartadas de la costa oeste continental de EE.UU. a más de 9.000 kilómetros, las Islas Salomón están a cerca de 2.500 kilómetros de la isla de Guam, donde se encuentra una importante base militar estadounidense, y a unos 5.600 kilómetros de las islas de Hawái, que forman parte de la nación norteamericana. Asimismo, están a tan solo alrededor de 1.500 kilómetros de la costa noroeste de Australia. Por lo tanto, el pacto ha generado fuerte rechazo de los dos países, así como de Japón y Nueva Zelanda, que expresaron su preocupación ya en el día de su firma.
¿Qué prevé el tratado?
La versión final del acuerdo todavía no ha sido divulgada. Sin embargo, a finales de marzo el borrador del pacto se filtró en las redes sociales.
De acuerdo al texto, la nación del Pacífico obtiene el derecho de "solicitar a China que envíe a la Policía, Policía Armada, personal militar y otras fuerzas del orden y armadas". La decisión puede ser tomada por el Gobierno salomonense "de acuerdo a sus propias necesidades" y con el fin de "apoyar el mantenimiento del orden social, la protección de las vidas y la propiedad de las personas, responder a desastres, o prestar de ayuda en otras tareas acordadas por las partes".
Por su parte, China obtiene el derecho de realizar "visitas de buques, llevar a cabo reabastecimiento logístico y hacer escala y transición en las Islas Salomón" con el consentimiento de la nación del Pacífico. Asimismo, puede desplegar en el archipiélago "fuerzas relevantes […] para proteger la seguridad del personal y grandes proyectos chinos".
Aunque las disposiciones del acuerdo no hablan explícitamente de la creación de una base naval china en el archipiélago, varios expertos temen que sea lo que prevé el texto.
"Respondería en consecuencia"
Washington formuló definitivamente su postura el viernes, tras la reunión de su delegación con el primer ministro salomonense, Manasseh Sogavare.
En la declaración de la Casa Blanca, se afirma que "EE.UU. respeta el derecho de las naciones a tomar decisiones soberanas en el mejor interés de su pueblo". Sin embargo, agrega el texto, "si se toman medidas para establecer una presencia militar permanente de facto, capacidades de proyección de poder o una instalación militar, la delegación señaló que Estados Unidos tendría preocupaciones significativas y respondería en consecuencia".
"Los representantes de las Islas Salomón indicaron que el acuerdo tenía únicamente aplicaciones nacionales, pero la delegación de EE.UU. señaló que en el acuerdo existen posibles implicaciones de seguridad regional, incluso para EE.UU. y sus aliados y socios", agrega el comunicado, aunque admite que Sogavare garantizó que "no habría base militar, presencia a largo plazo ni capacidad de proyección de poder" en las Islas Salomón.
"Línea roja" para Australia
En un tono parecido, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, criticó este domingo la posible construcción de una base naval china en las Islas Salomón.
"Al trabajar junto con nuestros socios en Nueva Zelanda y, por supuesto, EE.UU., comparto la misma línea roja que tiene Washington cuando se trata de estos temas. […] Esta es una preocupación compartida, no solo de Australia, se trata de Australia y los Gobiernos regionales, en particular lugares como Fiyi y Papúa Nueva Guinea", indicó Morrison. Al mismo tiempo, informó que Sogavare le reiteró que no se construirá un puesto militar chino en su territorio. "Así que claramente comparte nuestra línea roja", aseveró.
"No tendremos bases navales militares chinas en nuestra región a la vuelta de la esquina", concluyó.
El tratado ha sido rechazado también por la oposición australiana. Así, la líder de la oposición en el Senado australiano, Penny Wong, tildó el acuerdo como "el peor error de la política exterior australiana en el Pacífico desde el final de la Segunda Guerra Mundial" y culpó a Morrison de hacer posible su firma.
Postura de China y las Islas Salomón
Entre tanto, ambos países firmantes del acuerdo desmienten tales preocupaciones.
El 1 de abril, el Gobierno salomonense tildó las suposiciones sobre la posible apertura de una base militar china en el archipiélago de "desinformación promovida por los comentaristas antigubernamentales". "El Gobierno es consciente de las ramificaciones de seguridad de albergar una base militar, y no será descuidado como para permitir que dicha iniciativa se lleve a cabo bajo su tutela", indicó en un comunicado citado por The Diplomat.
"No redundará en interés de las Islas Salomón albergar ninguna base naval o militar de ningún país, porque eso inmediatamente convertirá a las Islas Salomón en un objetivo militar para otros países", sostuvo el primer ministro salomonense seis días después.
Una retórica similar proviene desde Pekín, donde el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian, descartó el 1 de abril que China quiera militarizar el Indo-Pacífico. "Cuando se trata de la militarización de la región del Pacífico Sur, los países individuales […] están empeñados en crear una camarilla militarizada y amenazar seriamente la seguridad y la estabilidad regionales al introducir el riesgo de proliferación nuclear", dijo el diplomático al respecto.
Este miércoles, un alto funcionario chino reiteró en un comentario a The Guardian: "No estamos interesados en construir una base naval aquí en las Islas Salomón".