La Administración Biden estaría presionando en secreto al Gobierno de Taiwán para que solicite a EE.UU. solo aquel armamento que Washington considere efectivo para repelar "una invasión marítima" de China en lugar de armas diseñadas para la guerra convencional, reportó este sábado The New York Times, citando a funcionarios y exfuncionarios estadounidenses y taiwaneses que hablaron bajo condición de anonimato.
De acuerdo con el medio, la líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, tendría en sus planes adquirir para las fuerzas armadas de la isla una gran cantidad de armas letales móviles, pero se habría encontrado con la resistencia por parte de algunos funcionarios de defensa taiwaneses. Además, Washington habría decidido que ciertos sistemas de armamento que Taiwán iba a encargarle, como por ejemplo el helicóptero MH-60R Seahawk, fabricado por Lockheed Martin, no son adecuados para hacer frente al Ejército chino.
Aparte de expresar su desacuerdo, los funcionarios estadounidenses también habrían advertido a sus homólogos taiwaneses de que el Departamento de Estado de EE.UU. rechazaría las solicitudes de este tipo y habría comunicado a los fabricantes de armas estadounidenses que se abstengan de buscar la aprobación de agencias estadounidenses de los pedidos taiwaneses de cierto armamento.
El reporte señala que los funcionarios del Departamento de Estado y del Pentágono, así como los legisladores y los asistentes del Congreso habrían estado involucrados en las conversaciones con el Gobierno de Taiwán sobre estas cuestiones.
"Continuar buscando sistemas que no contribuirán significativamente a una estrategia de defensa efectiva es inconsistente con la amenaza de seguridad en evolución que enfrenta Taiwán", afirmó un representante del Departamento de Estado en un comunicado. "Como tal, Estados Unidos apoya firmemente los esfuerzos de Taiwán para implementar una estrategia de defensa asimétrica".
Asimismo, a principios de marzo, la Administración Biden llegó a enviar una delegación encabezada por el exjefe del Estado Mayor Conjunto Mike Mullen, de la que formaba parte Meghan O'Sullivan, exasesora adjunta de seguridad nacional durante la Administración de George W. Bush, y a Michele Flournoy, exsubsecretaria de Defensa de Barack Obama, para reunirse con Tsai y otros funcionarios de la isla para abordar la estrategia de su defensa y la adquisición de armas.
Sin embargo, varios expertos en defensa en Taiwán argumentan que la isla no debería de prescindir de algunos sistemas de armamento tradicionales para estar preparados para diferentes situaciones que podrían surgir durante un posible conflicto militar con China. "Hemos aceptado muchas de las recomendaciones de EE.UU., pero aún necesitamos algo de espacio para prepararnos ante la posibilidad de otros escenarios a más largo plazo", señaló el analista Chieh Chung.
"Nuestros sistemas de artillería son muy viejos. Necesitan ser actualizados", agregó. "¿Cómo pueden pedirnos que tomemos equipos de la época de la Segunda Guerra Mundial para defendernos de China?", enfatizó el experto.
Taiwán no comprará los helicópteros MH-60R Seahawk
Por su parte, el ministro de Defensa de la isla, Chiu Kuo-cheng, declaró esta semana que Taiwán se vio obligado a abandonar su plan para comprar precisamente 12 helicópteros antisubmarinos MH-60R Seahawk estadounidenses señalando como motivo, su elevado precio.
Asimismo, el jefe del departamento militar de Taiwán confirmó que se pospone la entrega de 250 misiles portátiles de defensa aérea Stinger debido a su gran demanda en el conflicto de Ucrania. Así, también se retrasará hasta 2026 la entrega de 40 obuses autopropulsados M109A6. Sobre los Stringer, el ministro aseguró que el contrato está firmado y ya han sido pagados, por lo que presionarán a EE.UU. para que se los entreguen.
Taiwán aseguró que Estados Unidos les ofreció alternativas a los obuses: los sistemas lanzacohetes llamados High Mobility Artillery Rocket System, o HIMARS.
- Taiwán se autogobierna con una administración propia y se muestra firme en su determinación de defender su soberanía con su "modo de vida democrático", mientras que Pekín considera a la isla como una provincia de la República Popular China, insistiendo en su política de una sola China y reiterando el discurso de la "reunificación" con el "errante que acabará volviendo a casa"
- Aunque Washington no reconoce a Taiwán, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones
- La mayoría de los países, incluido Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China