La política irresponsable de Occidente está exacerbando las dificultades que sufren las cadenas de suministro internacionales y tiene repercusiones en sus propios territorios, aseguró el economista alemán Eike Hamer.
En declaraciones a RT en alemán, el columnista de Wirtschaft Aktuell se centró en la subida de precios de los alimentos, surgida durante la pandemia global de covid-19 y agravada por el conflicto militar en Ucrania.
"Las dificultades que se presentan hoy en día en el transporte de trigo pueden conducir a problemas de suministro de alimentos, así como mayores precios de productos como el pan, la harina, etc. Como resultado de esto, aumentaría la tasa de inflación, que sin duda afectaría a los ciudadanos de a pie, que en los países occidentales ya están endeudados con préstamos", dijo el experto.
Por lo tanto, auguró, las familias de bajos ingresos y las muy pobres se enfrentarán a serios problemas a la luz de los acontecimientos.
Como otro ejemplo de la imprudencia de los políticos occidentales, el experto mencionó que, en teoría, Alemania podría proveerse de alimentos, pero la "política energética caótica" llevó a que "grandes áreas de tierra cultivable fueran entregadas a centrales ecológicas". Debido a esto, "Alemania se ha convertido en un país obligado a importar trigo y otros cereales".
Sostuvo que los especuladores también juegan su papel en lo que está pasando, y sus acciones exacerban tal o cual tendencia.
"Pero en mayor medida, todo lo que sucede está determinado por decisiones políticas. Sanciones completamente absurdas, innecesarias, pero al mismo tiempo voluntarias, no sólo contra Rusia, sino también contra China", acentuó.
La ministra de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, Svenja Schulze, advirtió en una reciente entrevista que la subida de los precios de alimentos amenaza con una gran hambruna a nivel mundial. Calificó de "muy dramática" la situación y apuntó al conflicto entre Rusia y Ucrania entre los principales factores del peligro, recordando que muchos países del mundo dependen de productos agrícolas producidos por estos dos países.
Entre tanto, desde Moscú habían señalado que los problemas en el mercado alimenticio mundial son provocados por las sanciones impuestas contra el país tras el inicio de su operativo militar. Así, en abril, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, indicó que "las prohibiciones de facturación, la interrupción de las cadenas de producción y suministro, los controles de exportación y las restricciones de importación están afectando a la economía mundial".