Esta pintura inacabada de Leonardo da Vinci deja el Vaticano "por 100 días" para exhibirse en el castillo francés donde murió el artista
El cuadro de Leonardo da Vinci 'San Jerónimo en el desierto' se exhibe hoy por primera vez en la casa solariega de Clos Lucé, cerca del antiguo castillo real de Amboise (Francia), donde el artista florentino vivió poco más de dos años hasta su muerte en 1519.
Esta obra de arte, que el genio del Renacimiento italiano comenzó a pintar en algún momento de la década de 1480, rara vez ha dejado su hogar permanente en los Museos Vaticanos. Sin embargo, gracias a un acuerdo de préstamo excepcional ha sido trasladada a Francia.
"Quinientos años después de la muerte de Leonardo da Vinci, tendremos la pintura aquí durante 100 días", dijo Francois Saint Bris, miembro de la familia propietaria del Clos Lucé. "Es muy conmovedor para nosotros que nos presten esta obra. Este es un lienzo singular, un trabajo en progreso que cobra más vida cuanto más lo miramos. En él vemos el funcionamiento del cerebro de Da Vinci, sus técnicas, su inteligencia, su dibujo".
'San Jerónimo en el desierto' es una de las poquísimas pinturas originales de Da Vinci que han perdurado hasta nuestros días. De aspecto sombrío y descolorido, representa a San Jerónimo —uno de los Padres la Iglesia cristiana al que se atribuye la traducción de la Biblia del griego y del hebreo al latín durante sus años en el desierto— golpeándose el pecho con una piedra. En la parte inferior del lienzo se puede apreciar el contorno del león de cuya pata San Jerónimo ha extraído una espina.
Resulta interesante que Da Vinci representara a San Jerónimo despojado de su habitual atuendo, de túnica cardenalicia escarlata, sombrero y barba, y que, en su lugar, lo retratara sin Biblia, con rasgos demacrados y en harapos.
"No sabemos por qué se detuvo"
Esta obra quedó sin terminar, a pesar de que da Vinci la mantuvo cerca de sí durante más de 30 años.
"Puedes ver los trazos de la pintura. No sabemos por qué [Da Vinci] se detuvo", asegura Guido Cornini, curador del Vaticano, quien considera que el hecho de que no estuviera terminada lo ha hecho aún más interesante para los historiadores del arte, que la han utilizado para descifrar muchas de las técnicas y características de Da Vinci como artista.
Por su parte, Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, explicó que la pintura solo abandona la colección permanente del Vaticano cuando se puede asegurar su integridad y seguridad.
"Hay muchas razones para celebrar y compartir una obra de arte simbólica de la colección del Vaticano devolviéndola al lugar donde, probablemente, estuvo ubicada durante la estancia y muerte del gran Leonardo da Vinci en Francia. Las hipótesis y varios documentos conservados en Milán nos llevan, de hecho, a creer que la pintura estaba en Clos Lucé cuando él murió el 2 de mayo de 1519", concluyó la experta.