Ministerio de Defensa ruso afirma que los biolaboratorios de Ucrania financiados por EE.UU. estudiaban el mismo virus que provocó el dengue en Cuba
El Ministerio de Defensa de Rusia hizo nuevas declaraciones acerca de la actividad de los biolaboratorios ucranianos creados con la ayuda y financiación de EE.UU.
El jefe de las Tropas de la Defensa Radiactiva, Química y Biológica de Rusia, Ígor Kirilov, informó este jueves que la red de laboratorios biológicos financiada en Ucrania por el Departamento de Defensa estadounidense fue utilizada para estudiar virus que pueden ser transmitidos por mosquitos, como la fiebre del dengue, enfermedad de la que se produjeron varios brotes en Cuba en la década de 1980. En esos episodios, según los documentos, 345.000 personas resultaron infectadas y 158 murieron.
"La historia de los brotes deliberados en Cuba, en los años 70 y 80, está completamente silenciada. Y al mismo tiempo, el uso de mosquitos Aedes como arma biológica, exactamente igual que los que las autoridades militares estadounidenses estudiaron en Ucrania, fue registrado en una demanda colectiva de residentes cubanos contra el Gobierno de EE.UU.", dijo el funcionario. Precisó además que el único lugar de la isla caribeña en el que no se registró entonces la presencia de la infección fue la base estadounidense de Guantánamo, donde las tropas recibieron vacunación previa.
Subrayó que este caso tuvo "claros signos de naturaleza deliberada", ya que la enfermedad no era endémica en el Caribe. "El momento para la propagación del brote, a finales de enero, se eligió en virtud del ciclo biológico de los mosquitos vectores y fue óptimo para el posterior desarrollo del proceso epidémico", explicó.
De manera similar, afirmó Kirilov, el número de personas infectadas en las repúblicas del Donbass aumentó significativamente desde que Washington comenzó a financiar los laboratorios ucranianos. Además, de acuerdo con el alto funcionario ruso, el índice de contagios de tularemia se multiplicó casi por 10 en 2015.
Kirílov recalcó una vez más que las investigaciones biológicas de ese tipo violan el derecho internacional.