Descubren que el megalodón estaba más arriba en la cadena alimentaria que ningún otro depredador oceánico, tanto extinto como existente

El 'monstruo', de unos 15 metros de largo y con unos dientes del tamaño de un palmo, comía todo lo que encontraba, incluso a otros depredadores y ejemplares de la misma especie.

Hace unos tres millones de años, los megalodones, los tiburones más grandes de la historia, surcaban los mares de nuestro planeta. Aunque a día de hoy es imposible determinar con precisión su tamaño y su forma, la mayoría de las estimaciones apuntan que medía unos 15 o 16 metros de largo y pesaba unas 45 toneladas.

Un dato más de la importancia de estos 'monstruos' para el mundo prehistórico ha llegado del reciente estudio de la Universidad de Princeton, EE.UU., cuyo equipo dice tener evidencias de que el magalodón ('Otodus megalodon') y algunos de sus antepasados se encontraban en el peldaño más alto de la cadena alimentaria prehistórica, lo que los científicos llaman el "nivel trófico".

De hecho, su nivel trófico es tan alto que los científicos apuntan que debió haber comido otros depredadores, y depredadores de depredadores, en una red alimenticia complicada, dicen los investigadores en un comunicado publicado en la página web de la universidad.

Este monstruoso depredador representaba una amenaza directa para todas las demás especies del océano, desde los peces hasta los mamíferos más grandes.

"Estamos acostumbrados a pensar en las especies más grandes. Ballenas azules, tiburones ballena, incluso elefantes y diplodocos [un género de dinosauro] como filtradores o herbívoros, no depredadores", señaló Emma Kast, la primera autora del estudio publicado en la edición actual de Science Advances.

"Pero el megalodón, al igual que otros tiburones megadentados, era un carnívoro realmente enorme que se comía a otros depredadores y se extinguió hace solo unos pocos millones de años", sostuvo.

Para establecer definitivamente la posición del megalodón en la cadena alimenticia prehistórica del océano, los científicos realizaron un análisis isotópico de los pocos restos fósiles que se conservan del depredador –sus dientes–, centrándose en el nitrógeno-15.

Cuanto más de este isótopo de nitrógeno hay en el cuerpo, más alta es la posición del animal en la cadena alimentaria. Sin embargo, hasta ahora, nadie ha podido medir exactamente cuánto nitrógeno-15 contiene el esmalte dental de los tiburones antiguos.

El estudio demostró que el nivel de nitrógeno-15 del megalodón de las épocas del Mioceno y del Plioceno aumentó constantemente, posicionándolo en la cadena alimentaria hasta ocupar la posición más alta jamás registrada en los depredadores marinos, tanto extintos como existentes.

Una posible explicación para los valores tan altos del nitrógeno-15 es que los megalodones podían haber sido caníbales, devorando a miembros de su propia especie, y tener como presas a mamíferos jóvenes que aún se alimentaban de leche.