La Minera Candelaria, una de las compañías dedicadas a la explotación de cobre en el norte de Chile, detuvo temporalmente sus operaciones tras el aparecimiento de un socavón gigante de 32 metros de diámetro y 64 de profundidad que se abrió durante el pasado sábado en las inmediaciones de la mina de Alcaparrosa, en Tierra Amarilla, en la región de Atacama.
La suspensión de la actividad en la zona se produce después de que el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin) ordenara paralizar "de manera provisoria" las operaciones de la mina subterránea e iniciara un procedimiento sancionatorio contra la empresa cuprífera.
La gerente general de administración de Minera Candelaria, Karina Briño, calificó lo ocurrido como un "incidente", asegurando que desconoce el origen del hecho. "Eso es lo que esperamos que determine la investigación, porque no tenemos ningún indicio de qué pudo haber causado el desprendimiento de material", agregó.
Por su parte, el alcalde de la localidad, Cristóbal Zúñiga, expresó su preocupación sobre el socavón que se produjo a menos de 600 metros de las primeras viviendas y responsabilizó a la compañía. "Aquí a todas luces, esto está dentro de la propiedad de Minera Candelaria, de Alcaparrosa, está sobre los trabajos que actualmente se están efectuando, las fuertes tronadoras que no solamente destruyen nuestras casas, también están destruyendo nuestro suelo", expresó el funcionario, afirmando que la comunidad siempre ha temido vivir en una zona rodeada de yacimientos mineros y trabajos subterráneos.