El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno de Sri Lanka han llegado a un acuerdo de rescate económico de 2.200 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), equivalentes a un total de 2.900 millones de dólares, según lo anunció este jueves el organismo financiero de la ONU. El pacto es fruto de la visita que realizó una delegación del FMI a la isla entre el 24 de agosto y el 1 de septiembre.
Se trata del Mecanismo de financiación ampliado (EFF, por sus siglas en inglés) de 48 meses que está sujeto a la aprobación de la gerencia del FMI y de su Directorio Ejecutivo en el próximo período. Para que se active, las autoridades de la nación deben cumplir una serie de requisitos, como la obtención de garantías financieras por parte de acreedores oficiales de Sri Lanka y "un acuerdo de colaboración con acreedores privados", entre otros.
"El nuevo acuerdo EFF apoyará el programa de Sri Lanka para restaurar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de deuda, salvaguardando la estabilidad financiera, reduciendo las vulnerabilidades de corrupción y liberando el potencial de crecimiento de Sri Lanka", reza el texto del comunicado oficial.
Estos son algunos de los elementos clave del programa:
- Incrementar los ingresos presupuestarios mediante "grandes reformas fiscales"
- Introducir precios fijos para los combustibles y la electricidad sobre la base de la recuperación de costes para minimizar los riesgos fiscales ligados con las empresas públicas
- Aumentar los gastos sociales para mitigar el impacto de la actual crisis económica sobre los estamentos más pobres y vulnerables de la sociedad
- Recuperar la estabilidad de precios mediante una política monetaria basada en datos, en la consolidación de arcas públicas y en una mayor autonomía del banco central, entre otros pasos
- Reconstruir las reservas de divisas a través de un tipo de cambio flexible y a base del mercado
En abril, el país declaró el impago de la totalidad de su deuda externa en medio de la peor crisis económica de su historia.
La difícil situación económica se tradujo en una explosión de descontento socio-político que llegó a su clímax el 9 de julio, cuando manifestantes irrumpieron en masa en la residencia del entonces presidente Gotabaya Rajapaksa, que luego huyó del país y renunció a su cargo. Actualmente, Ranil Wickremesinghe desempeña el cargo del jefe del Estado.