Moscú ha aprobado la solicitud de la empresa japonesa Mitsubishi para continuar su participación en el proyecto de gas natural licuado Sajalín-2, después de su transferencia a un nuevo operador, según se desprende de una orden gubernamental publicada el miércoles.
El documento firmado por el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, recoge la aprobación gubernamental de la solicitud de Mitsubishi para transferir una participación del 10 % en el antiguo operador a una participación igual en Sakhalin Energy.
Este martes, el Kremlin aprobó otra solicitud de la compañía Mitsui para transferir su participación del 12,5 % en el proyecto. Un día después, tuvo lugar una reunión del viceprimer ministro ruso, Alexánder Nóvak, con el director ejecutivo de Mitsui, Motoyasu Nozaki, en la que abordaron los problemas de la cooperación bilateral comercial en el campo de la energía, así como aquellos relacionados con la continuación del trabajo de la compañía en la Federación de Rusia.
Sajalín-2 es un proyecto de petróleo y gas que puede producir casi 10 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL) al año, está ubicado en la isla rusa de Sajalín, en el Lejano Oriente ruso, y funciona en régimen de producción compartida. Gazprom, principal proveedor de energía rusa, tiene una participación en la compañía del 50 % más una acción, mientras que otras partes interesadas son Shell y las japonesas Mitsui & Co y Mitsubishi Corp.
A raíz de la operación militar rusa en Ucrania y la imposición de sanciones occidentales a Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó que el proyecto de un operador con sede en Bermudas se transfiriera a propiedad estatal y comunicó a los accionistas extranjeros que tendrían que presentar su solicitud de nuevo para mantener su participación en la organización.
La crisis energética en Japón
El país asiático sufre escasez de energía eléctrica y la situación empeoraría con la salida de Mitsui & Co. y Mitsubishi Corp. de Sajalín-2. El pasado mes de julio, Japón compró un cargamento de gas natural por entre 132 y 135 millones de dólares, lo que supone el precio más alto pagado en su historia.
A mediados de agosto, el exministro de Economía, Koichi Hagiuda, subrayó que "los sectores público y privado trabajarán juntos para proteger los intereses de las empresas japonesas y garantizar un suministro estable de GNL".
Anteriormente, los proveedores de energía Tokyo Gas Co. y Kyushu Electric Power Co. también renovaron sus contratos para comprar GNL del proyecto ruso, una medida clave para prevenir la crisis.