Una futurística y todavía inexistente ciudad con taxis voladores será anfitriona de unos juegos de invierno en Arabia Saudita
Arabia Saudita fue elegida este martes como el país anfitrión de los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029. "Los desiertos y montañas de Arabia Saudita pronto serán un lugar de deportes de invierno", comunicó el Consejo Olímpico Asiático, citado por AFP. El organismo agregó que la candidatura fue "aprobada por unanimidad".
El reino árabe tiene previsto acoger el evento en la ciudad de Neom, cuya construcción fue anunciada en 2017 por el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán al Saud.
El proyecto tiene un presupuesto de construcción de 500.000 millones de dólares e incluirá un área llamada Trojena, donde se ubicará "toda la infraestructura necesaria para crear el ambiente invernal en medio del desierto", señaló Nadhmi al Nasr, director general de Neom. Asimismo, en 2019 se anunciaron planes para que en el lugar funcionen taxis voladores y sirvientas robots. "Toda Neom es sobre cosas necesariamente orientadas al futuro y visionarias", declaró Al Nasr, citado por Wall Street Journal.
Tanto la ciudad de Neom como Trojena todavía no existen, se planea terminar la construcción de esta última para el 2026.
El futurístico proyecto ha sido considerado como no realista por expertos porque no toma en cuenta las peculiaridades del lugar. El arquitecto israelí Eliyahu Keller lo calificó de "loco" y de basado en "una fe ciega en el poder de la tecnología". Asimismo, señaló que Neom recuerda a proyectos disparatados del siglo XX que "no fueron pensados en términos de construcción, sino en términos de ideas".
Además, miembros de la tribu local Huwaitat denuncian que la construcción de Neom no fue acordada con ellos y que no tienen donde vivir después de sufrir desalojos forzosos de sus viviendas.
"Para la tribu Huwaitat, Neom está siendo construida sobre nuestra sangre y nuestros huesos", afirmó a The Guardian en 2020 Alia Hayel Aboutiyah al Huwaiti, una activista de la tribu residente en Londres. "¡Definitivamente, no es para la gente que ya vive allí! Es para los turistas, para la gente con dinero", agregó.
En este contexto, dos miembros de la tribu que se negaron a ser desalojados fueron sentenciados a 50 años de cárcel el pasado mes de septiembre, recoge Middle East Monitor.