El presidente estadounidense Joe Biden dijo erróneamente durante un discurso en el estado Colorado el miércoles que su hijo Beau "perdió la vida en Irak".
"Digo esto como padre de un hombre que ganó la Estrella de Bronce, la medalla de servicio conspicuo y perdió la vida en Irak", declaró el mandatario. No obstante, a pesar de que realmente participó en el conflicto bélico, Beau murió de cáncer cerebral en 2015.
Además, Biden tiene un hijo con vida, Hunter, y dos hijas.
"Estoy esperando el discurso de Karine Jean-Pierre [la secretaria de prensa de la Casa Blanca] con una historia intrigante, cómo sucedió esto", comentó el momento viral la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova.
El extraño episodio provocó reacciones no solo de altos funcionarios. "Biden es un mentiroso patológico o está tan demente que no recuerda cómo murió su hijo. De cualquier manera, no es apto para el cargo", escribió un usuario de redes sociales.
Los traspiés de Biden
El mes pasado, el líder estadounidense reconoció que mintió sobre haber sido arrestado cuando intentaba ver a Nelson Mandela. Además, en julio, afirmó que tenía cáncer de piel por los efectos de la contaminación ambiental. Sin embargo, un informe de su médico, Kevin O'Connor, publicado a finales de 2021 constató que "no hay áreas sospechosas de cáncer de piel en este momento".
Las declaraciones y comportamientos de Joe Biden a menudo plantean preguntas al público. Por ejemplo, hace unas semanas aseguró, aparentemente en broma, que entró en el Senado del país "hace 720 años".
Otros momentos del mandatario que han dado que hablar fueron cuando fue captado por las cámaras extendiendo su mano para saludar a personas inexistentes o cuando, a finales de septiembre, se dirigió durante una conferencia en la Casa Blanca a la congresista Jackie Walorski, quien había fallecido el mes anterior en un accidente de tráfico, y preguntó si se encontraba en la sala.
En este contexto, varios legisladores republicanos han expresado su preocupación sobre el estado mental del presidente.
"No hace falta ser neurólogo para darse cuenta de que tiene un grave deterioro cognitivo", dijo Ronny Jackson, exmédico de la Casa Blanca.