En su discurso de apertura en el XX Congreso del Partido Comunista (PCC), el presidente de China, Xi Jinping, ha reiterado este domingo el compromiso de su país con el avance en el proceso de reunificación pacífica con Taiwán, si bien no descartó por completo la posibilidad del uso de la fuerza, recoge la agencia Xinhua.
"Seguiremos luchando por la reunificación pacífica con la mayor sinceridad y el máximo esfuerzo, pero nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias", enfatizó Xi, que recalcó que la cuestión de Taiwán es un asunto interno de Pekín que debe ser resuelto por el pueblo chino.
En esta línea, el líder del gigante asiático aseveró que sus "compatriotas taiwaneses" no deben tomar estas declaraciones como una amenaza, dado que la advertencia no va dirigida "en absoluto" contra ellos, sino "únicamente" contra "la interferencia de las fuerzas externas y los pocos separatistas que buscan la 'independencia de Taiwán'".
Paralelamente, Xi prometió que Pekín continuará promoviendo los intercambios culturales y económicos con los habitantes de la isla, al tiempo que instó a la gente "de ambos lados del Estrecho [de Taiwán] a trabajar juntos" para fortalecer los lazos.
El discurso del mandatario chino sigue la línea de los principios expuestos en un libro blanco lanzado por el Gobierno en agosto en el que Pekín reitera su llamamiento a la reunificación con Taiwán bajo el modelo de "un país, dos sistemas". El documento también insiste en que China se reserva "la opción de tomar todas las medidas necesarias" para alcanzar su objetivo.
- Las tensiones en torno a la isla se agravaron tras la visita en agosto de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, y los viajes posteriores de otros congresistas del país norteamericano, pese a las fuertes protestas de Pekín.
- Taiwán se autogobierna con una administración propia desde 1949. No obstante, Pekín considera a la isla como parte irrenunciable de su territorio. La mayoría de los países del mundo, incluida Rusia, reconocen a Taiwán como parte integrante de la República Popular China.
- Por su parte, Washington no reconoce formalmente a Taiwán, pero mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales —incluyendo la venta de armas— con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.