Esta semana, pocos días después de comparar a Europa con "un jardín" y al resto del mundo con "la jungla" —aunque luego se disculpó—, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Política Exterior, Josep Borrell, viajó a Uruguay y Argentina.
Durante su visita en Uruguay, participó en el IV Foro de Inversión Europea en ese país y se reunió con el presidente, Luis Lacalle Pou; mientras que en Argentina visitó al mandatario, Alberto Fernández, estuvo con el canciller, Santiago Cafiero, y participó en la reunión ministerial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y en el encuentro de los Ministros de Relaciones Exteriores de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Durante los encuentros con las autoridades locales y en sus discursos en los diferentes eventos que participó, Borrell hizo referencia reiteradamente a un tema en específico: el Acuerdo de Asociación que la UE busca firmar con el Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque que conforman Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (este último actualmente suspendido).
Durante su participación en el IV Foro de Inversión Europea en Uruguay, Borrell recordó que llevan esperando desde hace 20 años el acuerdo entre ambos bloques regionales. "Cuando yo era presidente del Parlamento Europeo y viajaba ya por América Latina allá por el año 2006, me decían que estaba a punto de conseguirse. Sigue estando a punto", comentó.
Borrell auguró que Mercosur permitiría proporcionar oportunidades reales para las empresas de ambos lados, crearía empleos de más calidad y beneficiaría a más de 700 millones de personas.
También recordó que en junio de 2019, cuando él era ministro de Relaciones Exteriores de España, se alcanzó un "acuerdo de principio sobre el pilar comercial"; mientras que en julio del 2020, se acordaron "los capítulos políticos y de cooperación".
"Desde entonces, la pelota está en nuestra cancha, está en el tejado europeo. Nos toca a nosotros presentar a los socios de Mercosur la propuesta de un instrumento adicional que especifique los aspectos relacionados con la protección medioambiental que nos preocupa. Hemos venido diciendo que eso nos preocupa, pero no hemos plasmado de una manera concreta y precisa en qué consisten nuestras preocupaciones", añadió.
El también vicepresidente de la Comisión Europea espera, según dijo en conferencia de prensa tras el encuentro con Lacalle Pou, que antes de fin de año la UE pueda plantear los elementos adicionales que permitan que este acuerdo avance, incluyendo justamente los procedimientos adicionales en materia medioambiental.
En esa misma rueda de prensa consideró que 2023, junto con la presidencia española de la UE, "sería el momento oportuno" para ultimar el acuerdo.
Un "win-win"
"Yo estoy firmemente convencido que este acuerdo es un 'win-win' para las dos regiones", enfatizó Borrell en el foro de inversión.
Reiteró que "este sí que sería un acuerdo estratégico, porque alteraría sustancialmente la apertura comercial al mundo de una región, que es una de las más cerradas del mundo, en su relación con otra, que es una de las más abiertas del mundo".
De acuerdo con el representante europeo, este sería "el mayor acuerdo comercial" que la UE "haya hecho nunca en términos arancelarios".
En cuanto a los beneficios, auguró que este acuerdo permitiría proporcionar oportunidades reales para las empresas de ambos lados, crearía empleos de más calidad y beneficiaría a más de 700 millones de personas.
No obstante, reconoció que no todo serían ganancias en cuanto al comercio. "Yo ambiciono un acuerdo con Mercosur que sea profundamente político, que selle una alianza estratégica entre ambas regiones, que nos permita profundizar en el diálogo y la cooperación en ámbitos que no son comerciales, pero que son prioritarios", manifestó.
En la conferencia de prensa tras la reunión con Lacalle Pou también dejó clara su preocupación por las consecuencias que traería seguir sin un acuerdo, porque considera que "eso hará que otros actores económicos intervengan".
Uruguay negocia, de manera unilateral, un tratado de libre comercio con China, que ha avivado las fricciones con el resto de los socios del Mercosur.
"Estoy pensando en otros grandes actores económicos que ya están teniendo un gran papel en el desarrollo económico de Uruguay, no los quiero mencionar, pero todo el mundo sabe de quién estoy hablando", agregó.
Actualmente, Uruguay negocia, de manera unilateral, un tratado de libre comercio con China, que ha avivado las fricciones con el resto de los socios del Mercosur.
"Los vacíos se llenan en política y creo que está en el interés de los europeos demostrar una mayor voluntad de conseguir que ese acuerdo llegue finalmente a buen fin", enfatizó.
De acuerdo con el sociólogo argentino Sebastián Schulz, el acuerdo está "fuertemente estancado" producto de las "propias situaciones de inestabilidad en Europa".
"El acuerdo con Mercosur no termina de cerrarle a la totalidad de los países, esto ha ayudado también a que las economías latinoamericanas se hayan volcado hacia otros mercados para intentar suplir este acuerdo con la Unión Europea [...] Y creo que producto de todas estas inestabilidades va a ser difícil que avance por lo menos en un corto plazo", dijo en entrevista con RT.
Schulz considera que Europa necesita la alianza con los países de la región para su transición a las energías renovables.
Recordó que Europa, en su Pacto Verde, ha anunciado una transición acelerada hacia las energías renovables. "Lo cierto es que gran parte de los recursos naturales necesarios para impulsar esta reconversión tecnológica hacia este tipo de energías bajas en carbono, estos minerales se encuentran en América Latina", detalló.
"América Latina hoy se está volviendo a ubicar en el centro de la escena geopolítica producto de ser poseedora de algunos minerales estratégicos en la carrera tecnológica, esto Europa lo tiene muy claro", explicó.
Por lo tanto, el sociólogo cree que, probablemente, "Europa intentará reforzar las alianzas, por las buenas o por las malas, para tener cada vez más presencia en la región, frente a la presencia cada vez más fuerte de otros actores".
Revisar y modernizar
Durante el encuentro con Fernández, en Argentina, según dijo en una conferencia de prensa posterior, Borrell trajo a colación, además del tratado con Mercosur, el acuerdo bilateral entre la UE y Argentina, que data de 1990.
El representante europeo planteó la "necesidad" y la "conveniencia" de iniciar una negociación para "revisar" este acuerdo y "ponerlo al día".
"Un acuerdo que es viejo, de hace 32 años, necesita, sin duda, ponerlo al día para afrontar el mundo como es hoy y no como era hace un tercio de siglo", indicó.
A esto se le suma también el acuerdo con Chile. En el marco del encuentro de los Ministros de Relaciones Exteriores de la UE y la Celac, Borrell sostuvo una reunión bilateral con la canciller chilena, Antonia Urrejola.
En el encuentro, plantearon la voluntad de cerrar el proceso de modernización del Acuerdo de Asociación entre Chile y la UE en noviembre.
"El equipo de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales ha continuado trabajando y estamos muy esperanzados de que en el mes de noviembre cerremos el acuerdo. Estamos viendo las distintas fechas para seguir avanzando en los últimos detalles, pero estoy segura que de aquí a fines de noviembre vamos a estar listos", dijo Urrejola.
Por su parte, Borrell reafirmó la voluntad de cerrar la modernización del acuerdo "en las próximas semanas".
Previamente, a mediados de septiembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comentó que estaban "cerca de finalizar un Acuerdo de Asociación modernizado" con Chile, luego de reunirse con el presidente del país suramericano, Gabriel Boric, en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
"Trabajar juntos"
Respecto al encuentro entre los cancilleres de la UE y la Celac, Borrell comentó que "es un buen momento para relanzar la relación entre América Latina y la Unión Europea".
"Tenemos que lidiar con la crisis alimentaria, la crisis energética, la crisis financiera. Las perspectivas económicas no son buenas para América Latina, no son buenas para Europa y no son buenas para el mundo. Significa que tenemos que trabajar juntos", expresó.
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