Los candidatos a la presidencia de Brasil, el líder izquierdista, Luiz Inácio Lula da Silva, y el actual jefe de Estado, Jair Bolsonaro, tuvieron su último encuentro cara a cara la noche de este viernes en un debate organizado por la cadena de televisión Globo, a menos de 48 horas para abrir las urnas del balotaje en el que más de 150 millones de brasileños elegirán su nuevo mandatario.
Lula y Bolsonaro compararon los períodos en los que cada uno estuvo al frente del Gobierno, intercambiaron ataques personales, así como acusaciones de corrupción y mentiras en medio de promesas de reajustes para el salario mínimo, salud, creación de empleo, lucha contra la pobreza y las relaciones internacionales.
Por un lado, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) recordó las 35 causas judiciales de Bolsonaro, mientras que el actual jefe de Estado denunció que todo el sistema está en su contra, desde los medios de comunicación hasta el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y acusó a su contrincante de robar la democracia del país. "Para de mentir", dijo el mandatario en repetidas ocasiones.
Salario mínimo
Bolsonaro abrió el debate negando los informes de que el Ministerio de Hacienda tenía planes de desvincular el salario mínimo de la inflación y anunció que lo aumentará a 1.400 reales (unos 264 dólares).
Por su parte, Lula pidió explicaciones de por qué durante los últimos cuatro años no hubo aumento del salario mínimo, afirmando que durante su mandato hubo un "crecimiento real" del 74 %. Asimismo, cuestionó el recorte del presupuesto de salud y el de las políticas para reducir la violencia contra la mujer.
"Es muy fácil acercarse a las elecciones y prometer [un aumento]. ¿Por qué no ha aumentado en cuatro años?", preguntó Lula.
En varias ocasiones mencionaron sus respectivos proyectos bandera de ayudas estatales, Bolsa Familia, uno de los icónicos programas sociales creados bajo la presidencia de Lula y Auxilio Brasil, programa del actual mandatario.
Política exterior
El expresidente aseguró que Bolsonaro no supo lo que es la política exterior, culpabilizándolo de "aislar a Brasil del mundo". Por el contrario, resaltó su gestión en el plano internacional.
"Él sabe que en nuestro gobierno defendimos la política exterior más eficaz, por ejemplo, ayudé a crear los BRICS", subrayó, para recordar que fue invitado a todo tipo de países y que Brasil era un referente mundial durante su mandato.
"Tú no tienes relación con nadie, nadie te quiere recibir, nadie quiere venir, gracias a Dios nosotros dejamos una historia y las personas aún tienen confianza", mencionó Lula.
El líder de extrema derecha, por su parte, cuestionó el acercamiento de su rival hacia Cuba, Venezuela y Argentina, asegurando que, bajo su Administración, el país alcanzó tres veces más acuerdos que cuando el PT gobernaba Brasil.
"Negocié fertilizantes con Rusia, imagina a Brasil sin fertilizantes ¿A dónde iba a parar nuestra seguridad alimentaria?", indicó Bolsonaro.
Al mismo tiempo expuso sus relaciones comerciales con la Unión Europea, el Mercosur y EE.UU.
Pobreza y empleo
Lula expresó su preocupación por la cantidad de personas que viven de manera "miserable" en Brasil después de la gestión de su contrincante y señaló que cuando fue presidente hubo un momento "propicio" para acabar con la pobreza.
"El pueblo brasileño tenía dinero para comprar alimentos, cambiar estufas, cambiar refrigeradores", aseguró, lamentando que "hoy este país está empobrecido".
En respuesta, Bolsonaro afirmó que durante su mandato la pobreza ha disminuido. Citando cifras del Instituto de Investigación de Economía Aplicada aseveró que "Brasil tenía el 5,1 % de la población en extrema pobreza, y ahora es del 4 %".
Medio Ambiente
La Amazonía fue uno de los últimos puntos que tocaron los candidatos. Y también uno en los que Lula se dirigió con fuerza a Bolsonaro.
"¿Hasta cuando vas a continuar con la política de deforestación en los biomas brasileños?", preguntó el expresidente, refiriéndose a la creciente destrucción de la selva amazónica durante los últimos años.
Al respecto, el actual jefe de Estado manifestó que el "clima no es solo la Amazonía" y aseguró que construirá generadores de energía eólica, con un parque capaz de producir más energía que 50 centrales hidroeléctricas en Itaipú.
Violencia contra la mujer y aborto
La discusión sobre el aborto hizo subir de tono el debate. Bolsonaro, quien se ha opuesto férreamente a dichos procedimientos, calificó de "abortista" al líder izquierdista, acusándolo también de estar "a favor de la liberación de drogas y la ideología de género".
"Yo soy contrario al aborto, mi mujer es contraria al aborto. Yo respeto la vida", respondió Lula, y citó unas viejas declaraciones de su adversario en las que supuestamente defendía las píldoras abortivas.
Asimismo, cuestionó los recortes gubernamentales al presupuesto de los programas que protegen a las mujeres de la violencia. A lo que Bolsonaro contestó que durante su mandato el feminicidio había disminuido.
En sus palabras finales, Lula pidió el voto de los ciudadanos para "volver a arreglar este país, hacer crecer el país, generar empleos y que la gente vuelva a comer bien". "Si depende de ti, puedo ser el próximo presidente para restaurar la armonía", declaró.
Mientras, Bolsonaro recordó el ataque que sufrió en 2018 en la ciudad de Juiz do Fora y llamó a la ciudadanía a votar por el futuro de la nación. "Más que escoger un presidente de la República es escoger el futuro de la nación, si viviremos en libertad o no", destacó, reiterando su compromiso como cristiano por la defensa de la familia, el respeto por la vida y la propiedad privada.