Rusia envía una pieza clave para el reactor de fusión nuclear internacional en Francia
Especialistas rusos han enviado este martes a Francia una pieza clave para el funcionamiento del Reactor Termonuclear Experimental Internacional (ITER, por sus siglas en inglés). Se trata de la primera de seis bobinas de campo magnético poloidal 'PF-1' necesarias para iniciar y mantener la fusión nuclear.
La bobina de campo magnético poloidal mide nueve metros de diámetro, pesa 160 toneladas y es el primer imán superconductor de esta escala y complejidad que se crea en Rusia. La construcción de esta pieza importante del reactor internacional fue realizada por el Astillero Sredne-Nevskiy junto con el Instituto de Investigación de Aparatos Electrofísicos. El innovador proyecto empezó en 2008 y su desarrollo ha durado 14 años.
"Se creó la mayor bobina superconductora de nuestro país. [...] El conductor con el que hicimos la bobina también se fabricó en Rusia", cita TASS a Anatoly Krasílnikov, director del Centro ITER, una división de la empresa estatal rusa Rosatom. Krasílnikov añadió que las tecnologías elaboradas durante la construcción del ITER se utilizarán para construir un prototipo de reactor de fusión en Rusia en el futuro.
El ITER es el mayor proyecto científico colaborativo, diseñado para demostrar la viabilidad científica y técnica de la fusión como nueva fuente de energía. En el proyecto participan países de la Unión Europea, así como Rusia, EE.UU., la India, China, Corea del Sur y Japón. El desarrollo del proyecto comenzó a mediados de la década de 1980 y la puesta en marcha del reactor termonuclear está programada para el 2025, cuando los científicos esperan obtener el primer plasma.