Los neandertales cocinaban en sus cuevas usando recetas al igual que los humanos modernos
Los cocineros de la Edad de Piedra eran sorprendentemente sofisticados: combinaban numerosos ingredientes y usaban una gran variedad de métodos para cocinar y dar sabor a sus platos, según ha revelado el análisis de antiguos restos de verduras carbonizadas.
El material vegetal carbonizado, encontrado en la cueva de Shanidar, en el norte de Irak -famosa por el sepulcro de un hombre neandertal rodeado de flores y la cantidad de fósiles de esta especie enterrados allí- y en la cueva de Franchthi, en Grecia, ha revelado que la cocina prehistórica de los neandertales y de los primeros humanos modernos era compleja y constaba de varias etapas, describe un nuevo estudio publicado en la revista Antiquity.
El examen microscópico de los restos de comida reveló el uso de legumbres machacadas como ingrediente común en los alimentos vegetales cocidos.
Nuestros antepasados lejanos a menudo combinaban nueces y hierbas silvestres con legumbres como frijoles o lentejas y, a veces, con mostaza silvestre. Para hacer las plantas más apetecibles, las legumbres, que tienen un sabor naturalmente amargo, se remojaban, trituraban o molían con piedras para quitarles la cáscara.
Sitios arqueológicos datados del Paleolítico Medio en adelante muestran evidencia de consumo de almendras silvestres amargas (ricas en cianuro), pistachos silvestres (ricos en taninos), hojas de mostaza amarga y legumbres silvestres, algunas de las cuales contienen abundantes neurotoxinas. Todos estos ingredientes necesitan múltiples pasos de preparación para convertirlos en alimentos comestibles o, cuanto menos, no mortales.
Según los autores del estudio -un equipo de científicos de distintas instituciones británicas- los recolectores de aquellos tiempos, tanto 'Homo sapiens' como homínidos, debieron desarrollar complejas técnicas de preparación y procesamiento para hacer que esas plantas fueran seguras para comer.
En la cueva iraquí de Shanidar, situada en los montes Zagros, los investigadores estudiaron restos de plantas que datan de hace 70.000 años, cuando el lugar estaba habitado por los extintos neandertales, mientras que la cueva griega de Franchthi fue hogar de 'Homo sapiens' desde hace 40.000 años. Los restos de comida carbonizada encontrados allí se remontan a hace 12.000 años.
La investigación reveló que, pese a esa enorme distancia en el tiempo y el espacio, las plantas y los métodos de su procesamiento en ambos casos eran similares, lo que sugiere la existencia de una tradición culinaria compartida, señaló la autora principal del estudio, la doctora Ceren Kabukcu, arqueobotánica de la Universidad de Liverpool.
La experta no comparte la idea de que los primeros humanos comían estos ingredientes simplemente porque necesitaban algo con lo que alimentarse. Citando varios ejemplos de hallazgos semejantes de plantas y legumbres procesadas en otras cuevas, Kabukcu concluyó que "hay pruebas bastante buenas de que algunos de esos sabores se incorporaron a los alimentos por elección".