El Departamento de Defensa de EE.UU. no se atreve a transferir los drones de reconocimiento y ataque MQ-9 Reaper a Ucrania, pese a la insistencia de la Fuerza Aérea estadounidense que pide aprobar la medida, informa el diario Politico.
Desde los primeros meses de la operación militar especial de Rusia, la Fuerza Aérea de EE.UU. estaba dispuesta a "deshacerse" de sus drones "más viejos", enviándolos a Ucrania para así comprar otros más avanzados. Pero las disputas internas han impedido la aprobación del Pentágono, debido a preocupaciones sobre la transferencia de tecnología sensible y porque "casi con seguridad" algunos de los drones serían derribados o interceptados por los sistemas de defensa aérea rusos, señala el medio.
La postura del Departamento de Defensa ha frustrado a las autoridades ucranianas, que se comprometieron a usar los vehículos aéreos no tripulados únicamente contra las tropas rusas y compartir con EE.UU. la información recopilada de los objetivos antes de lanzar los ataques, dijo una de las fuentes familiarizadas con el tema.
MQ-9 Reaper y MQ-1C Grey Eagle
Desde los primeros días del conflicto ruso-ucraniano, los MQ-9 Reaper, también conocidos como Predator B que son operados por la Fuerza Aérea, y los MQ-1C Grey Eagle, operados por el Ejército estadounidense, son uno de los principales deseos de Kiev. Sin embargo, el Pentágono y la compañía fabricante de esos aparatos, General Atomics, han sugerido que la opción no se ha descartado y que continúan estudiando la posibilidad de transferir uno o ambos modelos a Ucrania.
Los ejecutivos de General Atomics están cabildeando en Washington y Kiev en un intento por transferir los drones a las Fuerzas Armadas ucranianas, y una de sus opciones es realizar modificaciones a los aparatos para que se adapten a las demandas de transferencias de tecnología de EE.UU. Mientras, un grupo bipartidista del senadores estadounidenses también ha criticado al Gobierno y Pentágono por no suministrar dichos equipos de "máxima prioridad" para el país eslavo.
Kiev compró o recibió los vehículos aéreos no tripulados Bayraktar TB2 de fabricación turca, que demostraron ser efectivos al principio pero después constantemente fueron derribados o interceptados por las defensas aéreas rusas y los sistemas de interferencia electrónica, reporta Politico. La situación generó preocupaciones en el Pentágono sobre las capacidades de los drones estadounidenses.