Desarrollan en Rusia una tecnología que permite restaurar las extremidades más rápido que nunca
El aumento de la capacidad destructiva de las armas utilizadas en el conflicto ruso-ucraniano supone nuevos retos para los médicos militares que intentan salvar a los soldados heridos en las batallas. Sin embargo, una avanzada tecnología desarrollada por especialistas rusos ahora permite restaurar las extremidades mejor y más rápido que nunca.
"A los pacientes con tales problemas, antes los tratábamos durante años, necesitaban uno, dos o tres años para recuperarse, ahora se necesita como máximo seis meses", declaró Evgueni Kukushko, jefe de la sección de reconstrucción y rehabilitación médica del hospital militar Burdenko en Moscú, quien participó en una de las decenas de operaciones con esta tecnología.
Tras dicha intervención quirúrgica, se logró restablecer la salud a un militar herido en Donbass, que más tarde pudo volver al frente como instructor.
"Me disparó un francotirador, la bala impactó en la zona de la rodilla, […] me reconstruyeron la pierna por fragmentos", dijo el excombatiente que, además, es médico de formación. "Por mi propia experiencia, puedo juzgar que en el hospital Burdenko […] actualmente se hacen operaciones que cuando yo estudié decían que eran imposibles de realizar", agregó.
Leonid Brizhán, subjefe de la traumatología de las Fuerzas Armadas de Rusia y vicedirector de la institución explicó que el implante se instala en el área afectada, después de lo cual se rellena con elementos de tejido óseo cultivados especialmente con células madre de la persona herida, seguido de la adición de tejido muscular y fragmentos del cuerpo del paciente.
Para la producción del implante, primero diseñan los modelos 3D y su fabricación empieza solo cuando los ingenieros y cirujanos están seguros al 100 % de que todo funcionará correctamente. El tiempo total del proceso no dura más de dos semanas.
Los especialistas del hospital también tienen previsto intentar mejorar esta metodología con implantes biodegradables, que, con el transcurso del tiempo, se disuelven y no requieren ser retirados después, siendo la base para la formación del tejido óseo en el paciente, afirmó Brizhán.
En este contexto, los médicos afirman que las sanciones de Occidente impuestas a Rusia han servido de un impulso para desarrollar este tipo de tecnología, ya que ahora no es necesario importar piezas ni conocimientos desde el extranjero.