El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha acusado al Gobierno de su predecesor, Jair Bolsonaro, de haber cometido genocidio contra el pueblo yanomami en el estado de Roraima, donde viajó el sábado. La visita de Lula se produjo en medio de la indignación pública por la crisis humanitaria en la mayor reserva indígena del país.
"Más que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomamis, cometido por un Gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasileño", declaró el mandatario en Twitter. "Adultos que pesan como niños, niños que mueren por desnutrición, malaria, diarrea y otras enfermedades", señaló.
Para ilustrar la escala del problema, Lula citó algunos datos estadísticos que indican que cientos de menores de cinco años murieron en la zona en los últimos cuatro años por enfermedades que sí son prevenibles.
La principal causa de dicho "genocidio", según señaló el jefe del Estado, es la minería ilegal que está prosperando en la región, "alentada por el anterior presidente". Después de hablar con uno de los líderes de la comunidad, Lula reiteró su promesa de erradicar la industria ilícita en la región, que causa "destrucción y muerte" cuando se contaminan ríos locales con mercurio.
Además, Lula afirmó que se va a aumentar el número de vuelos y mejorar las pistas de aterrizaje de las comunidades para que las personas que vayan a buscar asistencia médica a la capital del estado puedan regresar rápido a sus casas. También mostró su intención de llevar a la región a equipos médicos permanentes.
"No habrá más genocidios. Los pueblos indígenas serán tratados con dignidad", declaró el mandatario. "La humanidad tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas, que preservan el medio ambiente y ayudan a contener los efectos del cambio climático", agregó.
Investigación sobre delitos de genocidio
El pasado sábado, el ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Flávio Dino, ordenó la apertura de una investigación sobre delitos de genocidio y delitos ambientales en la reserva indígena Yanomami.
Según el Ministerio de los Pueblos Indígenas, 99 niños yanomami, de entre uno y cuatro años, fallecieron a causa del avance de la minería ilegal en la zona durante 2022. La dependencia estima que en total 570 menores han muerto debido a la contaminación por mercurio, desnutrición y hambre. Además, se confirmaron 11.530 casos de malaria, que afectaron principalmente a los mayores de 50 años, jóvenes y niños.