El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y su homólogo búlgaro, Rumen Radev, asistieron el jueves al inicio de las obras de construcción de un gasoducto bidireccional entre ambos países que busca diversificar las fuentes de suministro.
Las obras comenzaron en las afueras de Sofía, la capital búlgara, adonde se trasladó el líder serbio. "Se invirtió mucho dinero [en el sistema de gasoductos en Serbia], pero fue importante para el crecimiento de la economía, nos ayudó a tener suficiente electricidad este invierno, los ciudadanos no tuvieron ningún problema", aseguró Vucic en declaraciones a los medios.
Serbia está consumiendo cada vez más gas, que principalmente es de origen ruso, pero Vucic planea diversificar los suministros mediante un contrato con Azerbaiyán. La razón es que Serbia "se está reindustrializando, a diferencia de otros países europeos", explicó el mandatario. Además, podría abastecer a otras naciones en los Balcanes Occidentales y ser un territorio de tránsito, agregó.
El sistema bidireccional de gasoductos entre ambos países medirá 170 kilómetros en total y el tramo más grande pasará por tierras serbias. Al tener una capacidad anual de 1.800 millones de metros cúbicos de gas, también es un proyecto de interés común para la Unión Europea. De los 85,5 millones de euros (más de 93 millones de dólares) que cuesta el proyecto, más del 50 % está financiado por el instrumento de ayuda de preadhesión de la UE.
El 1 de octubre pasado se inauguró un gasoducto que une Bulgaria y Grecia. Su infraestructura permitirá a Sofía recibir 1.000 millones de metros cúbicos de gas al año desde Azerbaiyán, así como gas licuado desde Grecia.