En un video publicado en las redes sociales, el senador por Ohio (EE.UU.) James David Vance muestra hasta qué punto están contaminadas las vías fluviales de un arroyo en East Palestine, donde el pasado 3 de febrero se descarriló un tren que transportaba sustancias químicas tóxicas.
Al pasar un palo por el fondo del arroyo se ve cómo sustancias químicas emergen del agua aún semanas después del vertido controlado de peligrosos residuos procedentes del tren.
"Esto es asqueroso, y el hecho de que no hayamos limpiado el accidente del tren, el hecho de que estos productos químicos todavía se filtran en el suelo, es un insulto a la gente que vive en East Palestine", dijo el legislador republicano, destacando que es necesario presionar a las autoridades para que se tomen medidas en respuesta a la situación.
En una conferencia de prensa en la mañana de esta jornada, Vance expresó su frustración hacia los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, ya que aún no han respondido a las preguntas sobre la calidad del agua para los residentes afectados por el incidente, recogen los medios locales.
En otro video publicado en las redes se puede observar una película química formarse en la superficie del arroyo tras lanzar una piedra al agua. Miles de peces y de otros animales muertos han surgido en la localidad desde el descarrilamiento del tren.
Anteriormente, el Gobierno de Ohio y funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) aseguraron que no se detectaron "contaminantes" en el "sistema municipal de agua" y que es segura para su consumo, pese a la liberación de sustancias tóxicas.
¿Qué pasó?
El descarrilamiento de un tren que transportaba sustancias químicas se produjo el 3 de febrero pasado y derivó en un gran incendio que obligó a evacuar a la población de las inmediaciones. Además, el alcalde de East Palestine, Trent Conaway, declaró el estado de emergencia.
El pasado lunes 13, especialistas comenzaron a liberar al aire sustancias tóxicas procedentes de cinco vagones cisterna que quedaron volcados. Durante la combustión controlada se liberó en la atmósfera cloruro de hidrógeno y fosgeno, un gas tóxico utilizado como arma en la Primera Guerra Mundial.
Además, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. confirmó que en los vagones afectados también había éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo e isobutileno.