La exhumación de sus supuestos abuelos es el último recurso de una mujer para ganar una herencia millonaria

Este viernes se ha producido en Menorca la exhumación de un matrimonio. Es el último paso de una demanda interpuesta por una mujer española de 75 años que reclama la herencia de quien defiende que fue su padre, un noble mallorquín.

El noble, José María de Olivar Despujol, no dejó descendencia reconocida y falleció, soltero, el 19 de febrero de 2018, a la edad de 99 años. Ahora, una mujer residente en Málaga sostiene una pugna en los tribunales por demostrar que es su hija.

Olivar Despujol fue incinerado en su día, por lo que no existen restos con los que realizar una comparación de ADN. Los sobrinos del noble, quienes han heredado su fortuna, no han dado su permiso para realizarse la prueba, puesto que de ser positiva para los intereses de la demandante, supondría despojarles de parte de los bienes heredados.

En tanto, la opción autorizada por el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la ciudad de Ciutadella ha sido exhumar a los padres de Olivar Despujol, quienes podrían ser los abuelos de la demandante, para proceder al análisis de ADN.

La reclamación está lejos de ser solo una cuestión afectiva o moral. Lo que está en juego es una fortuna estimada en alrededor de 40 millones de euros con bienes repartidos entre Menorca, Barcelona y Sevilla. Entre ellos hay dos palacios, casas señoriales, fincas rústicas, viviendas, obras de arte, joyas y dinero en efectivo, entre otras cosas. Si la Justicia le da la razón, esta heredera tendría derecho a entre un tercio y la mitad de esos recursos.

Un abanico de pruebas

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Los resultados del cotejo de ADN podrían ser definitivos. Sin embargo, no sería la única prueba con la que contaría la supuesta hija. Sus abogados han presentado en el proceso un abanico de pruebas que convencieron al magistrado para ordenar una exhumación que despejara todas las dudas.

En el juzgado se ha presentado el certificado de nacimiento de la mujer, inscrita como nacida de madre soltera, así como el intercambio de cartas entre la madre y el supuesto padre en el que se reconoce el embarazo. También existe correspondencia con otros familiares y conocidos del noble en las que también consta la misma información.

Asimismo la reclamante presentará durante este mes el cotejo de sus muestras biológicas con las de sus hermanos registrales, con el fin de demostrar que no es hija del hombre con el que se casó su madre y que la adoptó y que es el progenitor de los otros hijos de su madre, según recoge la prensa local.

Además, al parecer, la mujer mantiene un gran parecido físico con quien pudiera ser su progenitor. Aunque aún más decisivo es que el atribuido padre otorgó su apellido a la supuesta hija y realizó aportaciones económicas a ella y a su madre.

Según el relato de la demandante, en 1945 su madre y Olivar Despujol habrían mantenido un romance en Barcelona y Menorca. Cuando la mujer quedó embarazada, optaron por esconder el escándalo que habría supuesto, para esa época, no estar casados.