Una agencia federal de EE.UU. concluyó que las imágenes generadas con inteligencia artificial (IA) no califican para las protecciones de derechos de autor, ya que considera que no son creadas por un ser humano.
La Oficina de Derechos de Autor estadounidense defendió su postura en una carta enviada el pasado martes a la novelista gráfica Kris Kashtanova, quien intentó registrar su trabajo 'Zarya of the Dawn', que contenía imágenes creadas con la ayuda de Midjourney, un 'software' de IA.
El organismo aprobó los derechos de autor de las partes del libro que Kashtanova escribió y arregló, pero no de las representaciones que hizo mediante el mencionado programa.
"El proceso mediante el cual un usuario de Midjourney obtiene una imagen satisfactoria final a través de la herramienta no es el mismo que el de un artista, escritor o fotógrafo humano", reza la misiva. "El hecho de que los usuarios no puedan predecir la producción específica de Midjourney hace que Midjourney sea diferente, a efectos de derechos de autor, de otras herramientas utilizadas por los artistas", agrega.
Esta herramienta genera imágenes en función de las indicaciones de texto ingresadas por los clientes. Kashtanova introdujo el texto de 'Zarya of the Dawn' y el programa creó las ilustraciones del libro basándose en indicaciones.
Kashtanova calificó como "una gran noticia" que la agencia permitiera la protección de derechos de autor para la trama de la novela y la forma en que se organizaron las imágenes. Asimismo, informó que sus abogados estaban considerando la mejor forma para demostrar a las autoridades que las representaciones gráficas hechas con IA en sí mismas eran una "expresión directa de su creatividad y, por lo tanto, sujetas a derechos de autor".
La decisión es una de las primeras de un tribunal o agencia de EE.UU. sobre el alcance de la protección de la propiedad intelectual para las obras creadas con IA, y se produce en medio del ascenso meteórico de programas que usan esta tecnología como Midjourney, Dall-E y ChatGPT.
El uso de arte generado por computadora ha avivado la controversia entre creadores y consumidores por igual, y algunos artistas advierten que algún día los sistemas automatizados podrían reemplazar la creatividad humana y robarles el trabajo.