La Secretaría de Relaciones Exteriores de México respondió este sábado a la retirada definitiva del embajador peruano en México, Manuel Gerardo Talavera, anunciada este viernes por la presidenta interina de Perú, Dina Boluarte.
A través del comunicado de la Secretaría, el Gobierno de México lamentó la decisión del Gobierno peruano de "reducir el nivel de las relaciones diplomáticas entre ambos países al de encargado de negocios".
El Gobierno mexicano reiteró "su convicción de mantener abiertos los canales de comunicación diplomáticos en beneficio de ambas sociedades" y anunció que mantendrá su nivel de representación diplomática y consular para "promover los vínculos entre los dos pueblos y brindar atención a la comunidad mexicana en Perú".
"Asimismo, [el Gobierno de México] hace votos para que pronto se alcance un acuerdo democrático a las desavenencias que prevalecen en este hermano país latinoamericano", concluyó, refiriéndose a las protestas y la inestabilidad política en el país andino, que se iniciaron tras la destitución del presidente Pedro Castillo por el Congreso.
Las tensiones entre los Gobiernos de Perú y México surgieron a raíz de varias declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, en las que apoyaba a Castillo y criticaba al gobierno de Boluarte, lo que fue percibido como una "injerencia" en los asuntos internos del Perú por parte de la actual mandataria.
Entre otras declaraciones, el presidente mexicano reveló su renuencia a entregarle la presidencia de la Alianza del Pacífico a Perú, porque no quiere legitimar el "golpe de Estado" que se ejecutó contra Pedro Castillo. Este viernes, López Obrador llamó a la Organización de Estados Americanos (OEA) a dejar de apoyar el "autoritarismo" en Perú, y en vez de hacerlo, exigir la liberación del "injusta e ilegalmente destituido" Castillo y su restitución en la Presidencia de la República.
"México va a seguir apoyando al presidente injusta e ilegalmente destituido y vamos a seguir demandando que se le libere", refrendó López Obrador, tras detallar que se había reunido con la ex primera dama peruana, Lilia Paredes, y le presentó su solidaridad con el pueblo "humilde, indígena, humillado" de Perú.
Anteriormente, el 21 de diciembre de 2022, el Gobierno peruano declaró 'persona non grata' al embajador de México en Lima, Pablo Monroy, y le dio 72 horas para abandonar el país, después de que el gobierno de López Obrador otorgara asilo a la esposa y dos hijos de Castillo. A finales de diciembre, López Obrador confirmó que el propio Castillo había buscado el respaldo de su gobierno para solicitar asilo en la Embajada de México en Lima.