Los líderes de Kosovo y Serbia se han puesto de acuerdo en que no se requiere nuevas negociaciones sobre la propuesta de la UE para la normalización de las relaciones entre los dos partes, reveló este lunes Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
Hablando tras una reunión en Bruselas con el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de la autoproclamada república de Kosovo, Albin Kurti, el jefe de la diplomacia europea precisó que los líderes de las dos regiones apoyaron el plan de la UE que permitiría el movimiento de sus ciudadanos por ambos territorios llevando documentos de identidad internos.
"Tengo el placer de anunciar que el presidente Vucic y el primer ministro Kurti hoy se han puesto de acuerdo en que no harán falta nuevas conversaciones sobre la propuesta de la UE; el acuerdo sobre la vía hacia la normalización de las relaciones entre Kosovo y Serbia", afirmó Borrell.
El texto del acuerdo será publicado próximamente en la página web del servicio de Relaciones Exteriores de la UE, agregó Borrell, precisando que se requerirá de conversaciones adicionales en marzo próximo para acordar los detalles de la implementación del documento.
El político detalló que dicho pacto permitiría el libre movimiento de los ciudadanos de ambas regiones en sus territorios, con documentos de identidad y matrículas de auto mutualmente reconocidos. Asimismo, señaló que podría ofrecer "nuevas oportunidades económicas mediante el aumento de asistencia financiera, la cooperación empresarial y nuevas inversiones en Kosovo y Serbia".
Según Borrell, el acuerdo supone para los serbios de Kosovo "más seguridad, certidumbre y predictibilidad en lo que se refiere a sus derechos y garantías", incluida la protección de sus sitios de patrimonio cultural y religioso. El diplomático también expresó su esperanza de que el convenio contribuya a construir confianza y a superar el legado del pasado, refiriéndose a la guerra de Kosovo a finales de la década de 1990.
"Un encuentro difícil. Como se esperaba. No hay que rendirnos", escribió el presidente serbio en redes sociales.
Por su parte, Kurti tuiteó: "Hoy en Bruselas, ambos hemos acordado la propuesta de la UE apoyada por Alemania sin cambios. Ofrecí firmarla formalmente, pero Serbia no estaba preparada. Las negociaciones sobre la implementación llegarán pronto".
Principales condiciones del acuerdo
- Se reconocerán mutuamente los respectivos documentos y símbolos nacionales, incluidos pasaportes, diplomas, placas de matrícula y sellos aduaneros.
- Las partes se guiarán por los objetivos y principios establecidos en la Carta de la ONU, incluidos los de la "igualdad soberana de todos los Estados, el respeto de su independencia, autonomía e integridad territorial, el derecho a la autodeterminación, la protección de los derechos humanos y la no discriminación".
- Cualquier controversia entre las partes se resolverá exclusivamente por medios pacíficos y se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza.
- Ninguna de las partes representará a la otra internacionalmente ni actuará en su nombre. Serbia no se opondrá a la adhesión de Kosovo a ninguna organización internacional.
- Ambas partes se comprometen a establecer disposiciones y garantías específicas "para asegurar un nivel adecuado de autogestión para la comunidad serbia de Kosovo", incluida la posibilidad de apoyo financiero por parte de Serbia y un canal de comunicación directo de la comunidad serbia con el Gobierno de Kosovo.
- Se formalizará el estatuto de la Iglesia Ortodoxa Serbia en Kosovo y se otorgará un fuerte nivel de protección a los lugares del patrimonio religioso y cultural serbio, en consonancia con los modelos europeos existentes.
- Se intercambiarán misiones permanentes, que se establecerán en la sede del Gobierno respectivo.
- Se creará un comité conjunto, presidido por la UE, para supervisar la aplicación del acuerdo.
Pese a que a finales de noviembre pasado Serbia y la autoproclamada región de Kosovo y Metojia lograron un acuerdo para poner fin a la disputa sobre las matrículas de autos y otros documentos, las tensiones entre Belgrado y Pristina volvieron a agudizarse en diciembre tras el despliegue de la Policía kosovar en zonas pobladas mayormente por habitantes de etnia serbia, lo que fue calificado por Belgrado de abuso a los serbios.
Kosovo se separó de facto de Serbia durante una guerra a finales de la década de 1990, después de que la OTAN, liderada por Estados Unidos, emprendiera una campaña de bombardeos contra el país en 1999.
Washington y muchos de sus aliados reconocieron a Kosovo como Estado soberano después de que su Parlamento votara a favor de declarar la independencia formal en 2008, pero Serbia y una serie de naciones, como Rusia, China o España, rechazan hacerlo.