Un japonés de 87 años afronta un nuevo juicio tras pasar más de media vida en el corredor de muerte
El Tribunal Superior de Tokio decretó este lunes revisar el proceso de Iwao Hakamada, un exboxeador de 87 años que ha pasado 46 años en el corredor de la muerte tras ser condenado en 1968 a la horca por el asesinato de cuatro personas, lo que se traducirá en la celebración de un nuevo juicio.
En 2014 Hakamada fue liberado después de que las pruebas que lo incriminaban fueran halladas falsas. Sin embargo, cuatro años después, el Tribunal Superior de Tokio anuló la decisión tras poner en duda la fiabilidad de las mismas y el caso fue enviado a la Corte Suprema, máxima autoridad del país, que en 2020 que ordenó al tribunal capitalino reexaminar el caso. Según medios locales, esta última decisión judicial, allana el camino para poner fin al proceso del hombre que más tiempo ha pasado en el corredor de la muerte.
Iwao Hakamada has fought his death sentence for the last 55 years, claiming he was forced by investigators into admitting to the killing of his old boss and the man's familyhttps://t.co/9jiRt4JlLN
— Daily Star (@dailystar) March 13, 2023
Si los fiscales apelan la última decisión del Tribunal Superior de Tokioo, el caso volvería a la Corte Suprema. De lo contrario, se abrirá un nuevo juicio en el Tribunal de Distrito de Shizuoka, que, probablemente, lo encontrará inocente, indica Asahi.
El 30 de junio de 1966, el director de una fábrica de miso (pasta fermentada elaborada a base de soja y sal marina), su esposa y sus dos hijos fueron brutalmente asesinados en su propia casa. El delincuente prendió fuego al edificio, pero no logró ocultar las huellas del crimen.
Iwao Hakamada, 2014, #Japan He is released from death row after 46 years."60 years of humanity in action"@amnestyitalia@amnestyGallery: https://t.co/RtBOJsb5jipic.twitter.com/c9y9roroz5
— Gianluca Costantini (@channeldraw) September 17, 2021
Iwao Hakamada, un empleado de la empresa, fue arrestado bajo sospecha de asesinato y en 1968 fue condenado a muerte. La prueba decisiva en su contra fue la ropa manchada de sangre que el delincuente, presuntamente, escondió en pasta de soja fermentada después del asesinato. Se alegó que en la ropa se encontraron rastros de la sangre de Hakamada.
Durante la investigación, el detenido confesó todo, pero en el juicio declaró su inocencia. Sin embargo, en 1980 la Corte Suprema de Japón confirmó su sentencia de muerte. El condenado volvió a impugnarlo y en 2008 se reafirmó el veredicto. Después, la hermana menor del condenado interpuso un nuevo recurso.
Durante la segunda apelación, el tribunal, basándose en pruebas de ADN, determinó que la sangre de la camiseta no pertenecía a Hakamada. El tribunal también admitió que la ropa del presunto autor del homicidio múltiple fue colocada deliberadamente por la investigación, que falsificó las pruebas.
La decisión de revisar el caso ha hallado fuerte eco, tanto en medios nacionales como extranjeros, mientras las organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, esperan impulsar una campaña para abolir la pena de muerte en Japón en el marco de este proceso.