Fabricantes de electrodomésticos en EE.UU. han criticado fuertemente la normativa propuesta por el Departamento de Energía del país (DOE, por sus siglas en inglés) que exige nuevos estándares de ahorro de energía y agua para diferentes equipos comerciales e industriales, incluidas las lavadoras residenciales. En el último caso, las empresas argumentan que la ropa saldrá más sucia y se reducirá el rendimiento de los equipos.
Ropa menos limpia
Según las compañías, la nueva ley hará que el lavado de las prendas de vestir "sea un dolor de cabeza", dado que cada ciclo de lavado será más largo, el detergente costará más y se usará menos agua, por lo que la ropa saldría menos limpia, recoge The Washington Free Beacon.
"La propuesta también argumenta que no reducirá el rendimiento de los electrodomésticos, pero se justifica el escepticismo porque a menudo se ha encontrado que las regulaciones anteriores reducen el rendimiento", dijo James Coleman, miembro principal de American Enterprise Institute, un grupo de expertos en políticas públicas, a Fox News Digital.
Ampliación de la brecha social
Según la Asociación de Fabricantes de Electrodomésticos de EE.UU. y Canadá (AHAM), citada por el DOE, estas regulaciones "podrían tener un impacto desproporcionado y negativo en los hogares de bajos ingresos", dado que el aumento de los estándares de eficiencia eliminaría los artefactos de menor precio.
La empresa de electrodomésticos Whirlpool también expresó su preocupación y sostiene que las nuevas normas "podrían tener impactos potencialmente devastadores en la igualdad racial y económica". Aseguran que cualquier aumento en el costo de compra impulsado por la ley podría ampliar aún más la brecha de la equidad en lugar de cerrarla.
¿Qué dicta la ley?
El proyecto de ley de Conservación y Política Energética (EPCA), propuesta el pasado 3 de marzo, establece normas modificadas de ahorro de energía y agua para los electrodomésticos fabricados o importados en EE.UU., con el fin de enfrentar la crisis climática.
La propuesta surge en el marco de los esfuerzos gubernamentales para limitar el aumento del calentamiento global.
En agosto pasado, el presidente de EE.UU., Joe Biden, aprobó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), con el fin de acelerar la transición del país norteamericano hacia una economía baja en carbono y reducir los costos para la ciudadanía. No obstante, la legislación generó polémica a nivel global. Desde la UE se advirtió que Washington corre el riesgo de "fragmentar a Occidente" debido a esta normativa.