El Ejército de EE.UU. ha difundido imágenes del encuentro en pleno vuelo entre un caza ruso y un dron MQ-9 Reaper estadounidense que la mañana del martes cayó al mar Negro.
El incidente ocurrido en aguas internacionales fue revelado el mismo día por el Comando Europeo de Estados Unidos que señaló que dos cazas rusos "vertieron combustible y volaron delante del MQ-9 de forma imprudente, poco respetuosa con el medio ambiente y poco profesional".
Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comentó el miércoles a la televisión rusa que "¿quizá no deberían haber volado allí quienes no deben? Entonces todo habría sido respetuoso con el medio ambiente".
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, el dron se dirigía hacia el espacio aéreo ruso con los transpondedores apagados y violó las restricciones temporales impuestas sobre parte del mar Negro con motivo de la operación militar especial en Ucrania.
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, afirmó el miércoles que Rusia intentará recuperar los restos del dron estadounidense.
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, y su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, abordaron el miércoles el incidente en el mar Negro del dron de combate, vigilancia y reconocimiento en la conversación telefónica que mantuvieron a iniciativa de la parte norteamericana.
En una rueda de prensa ofrecida el mismo día, Austin calificó el comportamiento de los aviones rusos de "peligroso, imprudente y poco profesional", y dijo que el episodio "es parte de un patrón de acciones agresivas, arriesgadas e inseguras" de los pilotos rusos en el espacio aérea internacional.
Según el comunicado del Ministerio ruso de Defensa difundido tras la conversación telefónica entre Shoigú y Austin, el ministro ruso señaló que el derrumbe del dron fue causado por "las acciones estadounidenses de incumplimiento de la zona de restricción de vuelo" establecida por Moscú en relación con su operativo militar especial, así como por "el aumento de las actividades de reconocimiento contra los intereses de Rusia".
En esta línea, Shoigú subrayó que la presencia de los vehículos estadounidenses no tripulados frente a las costas de la península de Crimea tiene "un carácter provocador" y puede dar lugar a una escalada de la situación en la zona del mar Negro, lo que la parte rusa definitivamente no está buscando. Sin embargo, el Kremlin continuará respondiendo a todas las provocaciones de manera proporcionada, declaró.