El suelo de la ciudad de East Palestine, en Ohio, EE.UU., contiene niveles de dioxinas cientos de veces superiores al umbral de exposición, lo que supone un riesgo de cáncer, revelan nuevos estudios ambientales realizados aproximadamente un mes después del accidente ferroviario que provocó la liberación de sustancias tóxicas en esa localidad.
Aun así, estos niveles están por debajo de lo requerido para una intervención federal y los funcionarios los consideran "muy bajos". Sin embargo, los expertos químicos, incluidos exempleados de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), que revisaron los datos para The Guardian, los calificaron de "preocupantes".
"Los niveles no son excesivamente altos, pero hemos confirmado que hay dioxinas en el suelo de East Palestine", declaró Linda Birnbaum, exdirectora del Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos y científica de la EPA. "La EPA debe analizar más ampliamente el suelo de la zona", agregó.
Aunque el nivel de la sustancia se considera aceptable según las normas federales, sigue siendo unas 14 veces superior a los niveles aceptables de dioxinas en el suelo de algunos estados, señaló.
"Una de las sustancias químicas más tóxicas jamás creadas"
Según Carsten Prasse, químico orgánico de la Universidad Johns Hopkins, "las concentraciones son realmente preocupantes".
A su vez, los toxicólogos entrevistados por el periódico señalaron que "las dioxinas se describen como una de las sustancias químicas más tóxicas jamás creadas". También sugirieron que la Administración del expresidente estadounidense Barack Obama había desechado la normativa que sugería concentraciones más bajas permitidas "por razones políticas", por lo que sigue vigente un umbral federal más alto para iniciar acciones de limpieza en zonas residenciales.
"Siento como si me estuviera ahogando"
El descarrilamiento del tren que transportaba sustancias químicas se produjo el 3 de febrero pasado y derivó en un gran incendio que obligó a evacuar a la población de las inmediaciones. Tras el incidente, los habitantes de la localidad reportaron inusuales problemas de salud.
Como consecuencia, especialistas comenzaron a liberar al aire sustancias tóxicas procedentes de vagones cisterna que quedaron volcados. Durante la combustión controlada se liberó al aire cloruro de hidrógeno y fosgeno, un gas tóxico utilizado como arma en la Primera Guerra Mundial.
Además, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. confirmó que en los vagones afectados también se encontraba éter monobutílico de etilenglicol, acrilato de etilhexilo e isobutileno.
"Es difícil respirar, especialmente en la noche. Mi pecho me duele tanto por las noches que siento como si me estuviera ahogando", se quejó un residente. Dolores de cabeza e irritación en la piel también son algunos de los problemas que vienen sufriendo los vecinos como resultado del desastre ecológico. Además, miles de peces y otros animales muertos han surgido en la localidad.
No obstante, pocos días después del incidente, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos dijo en un tuit que no había detectado ningún problema de salud con el aire de la zona.