Provincia filipina no quiere ser "un imán para un ataque" y se opone a instalar bases de EE.UU.
El gobernador de la provincia filipina de Cagayán, Manuel Mamba, ha declarado que se opone a la presencia de tropas estadounidenses y advirtió que acogerlas podría convertir el área en un "imán para un ataque en caso de que estalle una guerra", comunica Kyodo News este viernes.
Según el medio, la provincia en el extremo norte de Filipinas, que está a unos 600 kilómetros de Taiwán, un punto de acceso potencial, podría permitir que las tropas estadounidenses usen dos bases, construyan instalaciones y ubiquen sus armas allí, en el marco del Acuerdo de Cooperación Reforzada en materia de Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés).
El anuncio de Mamba se produce después de que el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., hubiera confirmado este miércoles que cuatro bases militares "esparcidas por Filipinas" se destinarán al Ejército de EE.UU. y se sumarían a las cinco ya existentes en el marco del EDCA firmado en 2014.
Cabe recalcar que la cuestión también ha generado tensión con China, que el 12 de marzo instó a Filipinas a que no refuerce su cooperación militar con el país norteamericano, ya que, según afirma, la decisión sería en detrimento de su propia seguridad y en favor de los intereses geopolíticos estadounidenses en la región del Indo-Pacífico.
No obstante, en medio de las tensiones con el gigante asiático, dos cazas F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de EE.UU. aterrizaron recientemente en la base aérea filipina de Clark, la más grande de la OTAN en Asia durante la Guerra Fría. Se informa además que "fue la primera vez que un F-22 o un avión de quinta generación aterriza y opera desde Filipinas".