En las últimas semanas las imágenes han sido similares: pasajeros varados en algunos aeropuertos de Colombia que reciben la noticia de que la empresa con que tenían previsto su viaje no opera más.
Hasta el momento, las compañías de vuelos de bajo costo Viva Air y Ultra Air han cesado sus operaciones, en medio del malestar de sus clientes, que parecieran haber sido los últimos en enterarse de la medida forzosa que los afectaba.
El Gobierno colombiano ha estado a la cabeza de las acciones para atender a los afectados que han perdido sus vuelos, que exigen que el costo de sus tiquetes sea repuesto o que piden que se reprograme su itinerario.
Del mismo modo, el Ejecutivo pidió a la Justicia que abriera una investigación para determinar si se cometieron los delitos de "estafa agravada" y "maniobra engañosa de venta" contra los pasajeros de Viva Air y las agencias de viaje.
Que en menos de un mes dos empresas aéreas hayan dejado de volar abre varias incógnitas sobre las razones que habrían causado el llamado "marzo negro" para las aerolíneas.
Algunos analistas consideran que ambos ceses de operaciones son producto de un contexto pospandémico y de crisis energética agudizada por el conflicto entre Rusia y Ucrania. No obstante, aún no hay certeza sobre si peligra el futuro de las compañías aéreas de bajo costo en Colombia.
Aviones de la Fuerza Aérea
Las últimas imágenes del cierre de Ultra Air corresponden a los viajantes en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), que aplauden emocionados durante un vuelo.
Pero, ¿por qué un grupo de civiles está en una aeronave de uso militar? La respuesta es que el presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió tomar esta medida urgente para solventar la "emergencia" provocada por el cierre de Ultra Air y Viva Air.
En su cuenta de Twitter, el mandatario informó que había ordenado que todos los aviones de la FAC, incluido el presidencial, "sean dispuestos para el transporte de los usuarios". Una medida inédita en un contexto de crisis.
El líder del gobernante Pacto Histórico también anunció que suspenderá todos sus viajes en la aeronave presidencial hasta que la situación se normalice.
¿Qué pasó con Ultra Air?
La aerolínea anunció la semana pasada la suspensión de sus operaciones por "situaciones macroeconómicas adversas para la industria", entre las cuales mencionó el "incremento en el costo del combustible y la tasa de cambio".
Este balde de agua fría fue precedido por el desmentido de la empresa, que apenas tenía un año de funcionamiento. A mediados de marzo, la compañía publicó un comunicado en el que negó que se aproximara un cierre y afirmó que estaba "respaldada por inversionistas sólidos".
Los responsables de Ultra Air aseguraron que la crisis del sector hizo que la firma operara "de forma deficitaria" en los últimos meses. Además, señalaron que pese a los esfuerzos de sus inversionistas, y luego de haber pedido apoyo al Gobierno a través del Fondo de Garantías, no podría continuar operando.
El caso de Viva Air
La situación de Viva Air ha tenido un mayor nivel de complejidad porque detrás de las razones para su cierre hay varios intereses. Sin embargo, su historia terminó con una postergada alianza con Avianca, la segunda aerolínea más importante de América Latina.
Viva Air atravesaba por un complicado panorama financiero cuando, en abril de 2022, comenzó negociaciones para integrarse a Avianca. Esta alianza fue rechazada por Aeronáutica Civil, en noviembre de ese año, luego de que las empresas introdujeran la solicitud ante ese organismo.
En enero de 2023 se reabrió el caso, tras un recurso de apelación. En esa oportunidad, la autoridad canceló todo el proceso, dado que la operación podría afectar la competitividad del mercado.
Tras la suspensión de operaciones, Aeronáutica Civil hizo un balance para analizar la situación causada por esa decisión, la crisis que generó, la condición operativa y la "posibilidad de autorizar la integración imponiendo un conjunto de remedios" para mitigar las afectaciones. Luego de ello, autorizó la fusión.
En mayo de 2020, Avianca Holding anunció que se acogía a la ley de bancarrota de EE.UU. en el contexto de la crisis por el covid-19. En diciembre de 2021 informó que había culminado su reestructuración financiera, que había salido de la quiebra y que poseía una liquidez de 1.000 millones de dólares.
Las razones de la crisis
"Es un momento bastante crítico para nuestro transporte aéreo", afirmó el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, frente a estos dos ceses de operaciones en solo un mes.
En una nota de La República se atribuyen los cierres de las dos aerolíneas a varias razones: el incremento del IVA para los boletos, que pasó de 5 % a 19 %; la subida del costo del combustible en el mundo y la inflación en Colombia, que en febrero de ubicó en 13,28 %, para un acumulado de 3,5 % en 2023.
Según la presidenta de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata, por sus siglas en inglés), Paula Bernal, la subida del combustible en Colombia ha sido de entre 45 % y 50 %, producto del aumento del precio del dólar, lo que impactaría la estructura financiera de las compañías aéreas.
Por otro lado, una fuente consultada por El Tiempo, considera que estas aerolíneas "no tienen suficiente capital" ni arrendamiento financiero para los aviones.
"El modelo de bajo costo necesita de una cash flow (flujo de caja) muy importante para sostenerse los primeros años", agrega el entrevistado.
En su opinión, "vienen unos meses en donde las tarifas estarán altísimas por la falta de disponibilidad de capacidad en el mercado, pero se irá estabilizando en un año".
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