China se pronuncia ante las restricciones tecnológicas que Japón planea imponerle
China instó el domingo a Japón a que elimine las amenazas a la relación económica entre ambos países tras el anuncio de Tokio de que iba a restringir sus exportaciones de equipamiento para chips a Pekín.
El primer ministro chino, Li Qiang, durante una reunión con el representante del Ministerio de Exteriores japonés, Yoshimasa Hayashi, que estaba de visita oficial en China, pidió que se deshicieran de la inestabilidad y la incertidumbre en sus lazos comerciales para preservar el libre comercio.
"[Esperamos] que los dos países trabajen juntos para mantener el libre comercio, practicar el multilateralismo real, promover activamente el proceso de integración regional, mantener la estabilidad y la fluidez de la cadena industrial y la cadena de suministro, y juntos reducir la incertidumbre y aumentar la estabilidad, para contribuir debidamente al desarrollo de la región y del mundo", declaró el alto cargo, citado por South China Morning Post.
Li destacó que los intereses comerciales de China y Japón estaban "profundamente integrados" y que ambos debían continuar ampliando su cooperación económica, especialmente en la economía digital, el desarrollo verde y las finanzas.
Por su parte, el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, también en un encuentro con Hayashi, instó a Tokio a que no sea "miope" al seguir la política "injusta" de EE.UU. hacia el gigante asiático. "[Esperamos] que Japón [...] pueda deshacerse del pensamiento de suma cero y tomar medidas prácticas para implementar el importante consenso de que los dos países [deberían] 'ser socios cooperativos, no una amenaza'", aseveró.
Restricciones al comercio de chips
La visita de dos días de Hayashi, la cual fue la primera de un canciller japonés a China en tres años, se produjo luego de que Tokio anunciara el viernes su decisión de restringir sus exportaciones a Pekín de equipamiento avanzado empleado en la fabricación de semiconductores.
Las empresas japonesas líderes en este sector deberán obtener un permiso especial del Gobierno para enviar a China una serie de equipos utilizados para la fabricación de chips, con el objetivo de limitar los avances militares en el gigante asiático. La medida entrará en vigor en julio y afectará a 23 productos.
Expertos en la cuestión, según lo recogido por South China Morning Post, advierten que las restricciones afectarán gravemente a la industria de semiconductores japonesa y desestabilizará la cadena de suministro mundial.