La economía mundial se dirige al crecimiento más débil desde 1990, dice la directora del FMI

El crecimiento global está en camino de caer por debajo del 3% en 2023 y seguir siendo débil en los próximos cinco años.

La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha anunciado que, debido a la alta inflación, el aumento de los costos de endeudamiento y las crecientes tensiones geopolíticas, el crecimiento global está camino de caer por debajo del 3% en 2023 —su pronóstico de crecimiento a mediano plazo más bajo desde 1990— y seguir siendo débil en los próximos cinco años.

La funcionaria ha indicado que desde el repunte inicial después de la pandemia de covid en 2021, al año siguiente el crecimiento global se derrumbó casi a la mitad: del 6,1 % al 3,4 %. Con ello, la actividad económica se está desacelerando en las economías avanzadas en particular. Se prevé que hasta el 90% de las economías avanzadas experimenten una disminución en su tasa de crecimiento este año, advirtió, y en EE.UU. y la eurozona la actividad económica recibirá el impacto de tasas de interés más altas.

Si bien hubo cierto impulso de las naciones en desarrollo, los países de bajos ingresos también sufrieron unos costos de endeudamiento más altos y una caída de la demanda de sus exportaciones. "Esto hace que sea aún más difícil reducir la pobreza, curar las cicatrices económicas de la crisis del сovid y brindar nuevas y mejores oportunidades para todos", ha expresado Georgieva.

A pesar de destacar el impacto de las tasas de interés más altas del banco central en la actividad económica en todo el mundo, Georgieva dijo que aún se requería un enfoque para "mantener el rumbo en la lucha contra la inflación". "No puede haber un crecimiento sólido sin estabilidad de precios, ni sin estabilidad financiera. Y en estos días, ambos necesitan la atención de los responsables políticos", ha señalado.

En este contexto, la directora del FMI ha añadido que la agitación en la industria bancaria mundial durante el último mes mostró que aún había peligros que los bancos centrales debían superar. Sin embargo, instó a los responsables políticos a continuar usando tasas de interés más altas para abordar la inflación, mientras brindan apoyo por separado a los bancos en dificultades.